Hermosillo, Son.

Ante el incumplimiento de acuerdos del Fideicomiso Río Sonora, habitantes afectados por el derrame tóxico de la mina Buenavista del Cobre en los ríos Bacanuchi y Sonora, en agosto de 2014, solicitaron donaciones económicas a la población para construir una planta purificadora, porque la red pública está contaminada con metales pesados.

En la plataforma de Internet donadora.mx, pobladores del ejido Bacanuchi pretenden recaudar 130 mil pesos que Grupo México, propiedad de Germán Larrea, se negó a cubrir; con esa suma planean comprar una planta purificadora de agua para consumo humano.

El aparato y su funcionamiento cuestan 220 mil pesos, de los cuales los ejidatarios han recaudado más de 100 mil, por lo que piden donativos de 300 a 5 mil pesos.

Héctor Vega, defensor de los derechos humanos, y el documentalista Eduardo Lizalde Farías, han asesorado a los perjudicados por el derrame para la campaña de recaudación de fondos.

“Grupo México y dependencias del gobierno federal se han negado a cumplir los acuerdos del fideicomiso, violentado las garantías individuales de los pobladores, como el derecho a la salud y al agua potable.

Los interesados en colaborar pueden consultar la información en https://donadora.mx/projects/agua-para-bacanuchi.

Manifestó que los habitantes de la región se han visto obligados a comprar agua embotellada, y les venden los garrafones al doble o al triple de su precio normal.

Agregó que en tres años, después del derrame tóxico que afectó a más de 22 mil personas, ni la empresa ni el gobierno han reparado los daños. La comunidad instaló una planta potabilizadora, pero no funciona correctamente.

Rosa María Vázquez Rivera, secretaria del comisariado ejidal de Bacanuchi, aseguró que, debido a la falta de una fuente segura de agua, las familias pobres se arriesgan a una exposición prolongada y a una posible intoxicación con plomo, cadmio, manganeso, arsénico, cobre y molibdeno.