Tlayacapan, Mor.

De gira en este pueblo catalogado como mágico, sacudido por el temblor del pasado día 19, el presidente Enrique Peña Nieto anunció que con excepción de la Ciudad de México, donde continúan las labores de rescate, en el resto de las entidades afectadas por los sismos –Puebla, Oaxaca, Morelos, Chiapas y el estado de México– ya se podría pasar a la etapa de reconstrucción.

Lo importante es que estemos muy claros que esta etapa de reconstrucción nos va a tomar varias semanas, pero que, vuelvo a reiterar, el gobierno de la República y los gobiernos de los estados, al igual que con el Gobierno de la Ciudad de México, estamos estrechamente coordinados para emprender la labor de reconstrucción.

Durante una concentración en la plaza municipal –en la que el gobernador del estado, Graco Ramírez, fue abucheado en los 35 segundos que habló–, Peña Nieto destacó que en Tlayacapan, una comunidad que vive básicamente del comercio y el turismo, también se respaldará, mediante créditos preferenciales, a quienes resintieron afectaciones en sus negocios. Con ello, se pretende reactivar la economía de esta comunidad, lo cual será complementado con campañas de promoción turística.

A pesar de que había un pequeño grupo de acarreados del gobernador con pancartas de apoyo incondicional, Graco Ramírez prácticamente no pudo hablar. Tras su discurso, Peña Nieto le ofreció la palabra, pero prácticamente tuvo que abreviar: los gritos de ¡Fuera, fuera! y ¡Ratero, queremos víveres!, acallaron su voz.

El manadatario morelense intentó articular una frase para agradecer la segunda visita del Presidente a Morelos. Apreciamos su respaldo; sigamos trabajando juntos, dijo entre gritos de recriminación. Ante las muestras de desaprobación, el alcalde de Tlayacapan, Dionisio de la Rosa, intentó atajar el embarazoso suceso: Nuestras autoridades vienen para solidarizarse con nosotros. Les pido respeto.

Los gritos contra el gobernador continuaron: Es su trabajo. Ramírez apresuró la salida con el Presidente.

Ante centenares de habitantes de esta ciudad, donde se registraron cinco decesos y se desplomaron o afectaron casas y negocios, Peña Nieto habló sobre una de las preocupaciones centrales de Tlayacapan: el destino del ex convento de San Juan Bautista, construido en 1534 por frailes agustinos y considerado patrimonio de la humanidad desde 1996.

“Aquí me han señalado que tuvo una afectación el templo de San Juan Bautista, que es principal de este municipio. El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y la Secretaría de Cultura están valorando y haciendo la tarea para buscar en lo posible –como creo que habrá de ocurrir–, prácticamente con la gran mayoría de los templos que habrán de reconstruirse, la reparación, no demolición, porque no queremos perder ese patrimonio cultural”.

Desde antes de su llegada, Margarito Dorantes, alfarero e integrante del patronato del museo del ex convento, lamentó en entrevista los graves daños registrados en el recinto: se colapsó buena parte de la bóveda, se derrumbó el contrafuerte sur y se cayeron varios de los frescos pintados en las paredes. Además, en la fachada se registraron graves afectaciones.

El sacerdote Filiberto Arias mencionó que en los primeros acercamientos con el INAH y la Secretaría de Cultura se explicó la posibilidad de hacer obras de restauración estructurales para salvar el templo, pero refirieron que una eventual réplica podría terminar de colapsarlo.

Avance del censo, 25 por ciento

En su intervención, Peña Nieto expresó que la acción gubernamental se instrumentará a partir de cuatro ejes, el primero de los cuales implica el censo de los damnificados en sus viviendas, el cual en esta comunidad ya tiene un avance de 25 por ciento.

Va a haber apoyo económico y con materiales para la reconstrucción de las viviendas afectadas o incluso de aquellas que se derrumbaron; apoyo para los daños parciales y para los totales en las casas dañadas que reporte el censo que se está realizando en este momento, indicó.