Tras dos días sin un nuevo rescate, familiares de las personas que aún se encuentran atrapadas entre los escombros del edificio de Álvaro Obregón 286, en la colonia Roma, se manifestaron con pancartas frente al sitio para exigir a los gobiernos federal y local que se agilicen los trabajos de remoción de escombros para hallar a los sobrevivientes.

Peña y Mancera, no maten a nuestras familias. El pueblo ha respondido, ustedes, ¿cuándo? Estamos esperando a nuestras familias. No las dejaremos, advirtieron en improvisadas pancartas elaboradas bajo una carpa a un costado de la calle de Oaxaca, donde desde el martes pasado pernoctan en espera de noticias, y donde ayer se ofició una misa.

La desesperación de los familiares aumentó al cumplirse 72 horas del sismo que sacudió la Ciudad de México, cuando el protocolo dicta que deberá entrar maquinaria para el retiro de escombros,y luego de que las labores de rescate se detuvieron el jueves por la noche a causa de la lluvia y se reanudaron hasta ayer al mediodía, con la participación de brigadas de Japón e Israel.

Entre las personas atrapadas se encuentra Noemí, de 21 años y estudiante de administración, quien laboraba en un despacho de contabilidad ubicado en el cuarto piso del inmueble colapsado. Acababa de entrar a trabajar, porque estudia por la mañana y tiene sólo medio tiempo, contó su tía Lucrecia Manuel Genaro.

No vamos a quedarnos quietos y en silencio mientras nuestros familiares mueren frente a nosotros, expresaron.

Más tarde, Humberto Morgan, funcionario de la Secretaría de Movilidad, quien participa en el rescate, aseguró a los inconformes que se firmó un acuerdo con los familiares directos de que no ingresará maquinaria pesada hasta encontrar a quienes se encuentran atrapados.

Reveló que no se ha tenido contacto con alguien entre los escombros, pero se logró detectar dos áreas con emisión de calor, donde podría haber víctimas, y ahí se han enfocado los trabajos.

Por recomendación de los especialistas, agregó, primero se apuntaló con pilotes y después se empezó a remover los escombros en la parte de arriba, para hacer claros y bajar a rapel a buscar a las personas atrapadas, que se estimaban entre 40 y 42.