El impacto económico de los sismos de las pasadas dos semanas, que afectaron la actividad cotidiana de los estados que aportan cuatro de cada 10 pesos del valor de la economía, se dejará sentir en un menor crecimiento en el tercer trimestre del año, sostuvieron analistas económicos. Sin embargo, el gasto relacionado con las labores de reconstrucción imprimirá un impulso adicional en el periodo de octubre a diciembre.

Por ahora, no hay cambio en la previsión de crecimiento del producto interno bruto (PIB) para este año, que se mantiene en torno a 2.1 por ciento.

En la noche del jueves 7 de septiembre se registró un terremoto de magnitud 8.2 en la escala de Richter, con afectaciones en Oaxaca, Chiapas y Tabasco. Posteriormente, el 19 de septiembre se volvió a registrar otro sismo, en este caso de magnitud 7.1, que sacudió a la Ciudad de México, Puebla, Morelos, Guerrero y el estado de México.

Los estados afectados por ambos sismos aportan, en conjunto, 38.2 por ciento del PIB nacional, esto es, prácticamente cuatro de cada 10 pesos del valor de los bienes y servicios producidos por la economía cada año, explicaron Mariana Ramírez y Alejandro Saldaña, analistas de Ve por Más.

La Ciudad de México, de entre las entidades afectadas, es la que tiene mayor peso económico, al aportar 16.8 por ciento del PIB nacional. Si bien el principal enfoque económico de los estados donde se dejaron sentir los sismos es el sector servicios, también destaca la actividad industrial y manufacturera en Puebla, Morelos, Tabasco y el estado de México, apuntaron los especialistas de Ve por Más.

Al cierre del tercer trimestre de este año, el PIB de México podría sufrir en su tasa de crecimiento, por una menor actividad en el sector servicios y manufacturero de los estados dañados, debido a una disminución en la producción y ventas; ingresos, consumo e inversión en el corto plazo, consideraron.

Sin embargo, apuntaron que todavía es pronto y difícil de cuantificar el costo de los desastres porque continúan actividades de rescate y prevalece la situación de emergencia en algunas áreas.

Incluso, refirieron, la magnitud de la ayuda será clave y podría apoyar un mejor desempeño del PIB en el cuarto trimestre.

Considerando lo anterior, mantenemos nuestro pronóstico de 2.1 por ciento de crecimiento del PIB en 2017 y de 1.8 por ciento en particular durante el segundo semestre de este año.

Se mantendrá actividad industrial

Uno de los sectores en que se concentra la actividad de los estados dañados por los sismos es el de los servicios, que incluye comercio, turismo, telecomunicaciones y actividades financieras. De hecho, éstos, a escala nacional, contribuyen con dos tercios del PIB.

En los estados dañados por los sismos, podría registrarse durante los siguientes días una mayor demanda de artículos relacionados con los servicios, como alimentos, bebidas y los de cuidado de la salud y mantenimiento del hogar, con la finalidad de atender exigencias de primera necesidad y compras preventivas o, incluso, de pánico, comentaron. Ello se traduciría en mayores ventas de tiendas de autoservicio.

Por otro lado, no se descarta una menor demanda por servicios relacionados con ocio y recreación, como cines, restaurantes, espectáculos y competencias deportivas, debido a que el gasto de los hogares daría prioridad al abastecimiento de insumos básicos.

En cuanto a la actividad industrial y manufacturera, algunas empresas pueden cerrar sus operaciones en el corto plazo por falta de electriciad o agua. Pero, de acuerdo con analistas, no se anticipan disrupciones significativas en el mediano plazo. Citaron el ejemplo de la planta de Volkswagen en Puebla –estado en el que 60 por ciento de su PIB industrial se relaciona con la manufactura– que retomó sus actividades en el tercer turno del mismo 19 de septiembre.

Impacto moderado

Como efecto económico del sismo, el PIB del tercer trimestre será menor en 0.3 a 0.4 por ciento del crecimiento estimado previamente, que era de 2 por ciento, consideró por su parte Citibanamex.

Lo que hemos visto hasta ahora sugiere que si bien el terremoto afectó a una región relevante para la actividad económica en todo el país, la interrupción de las redes de suministro y distribución se asume como limitado. Por tanto, adoptamos un enfoque de ajuste en días laborales y asumimos que la actividad productiva se detuvo brevemente en esa región, apuntó.