Colocan altares y lloran a sus muertos
Viernes 15 de septiembre de 2017, p. 7
Unión Hidalgo, Oax.
Con tristeza y dolor por haber perdido su hogar y a seres queridos, familias zapotecas de este municipio realizaron el tradicional novenario –nueve días para el luto y los pésames–, al cumplirse una semana del terremoto de magnitud 8.2 que sacudió los pueblos del Istmo de Tehuantepec.
En espacios reducidos o en casas de familiares donde no hubo afectaciones, amigos y vecinos colocaron los altares.
Lupita instaló uno para su abuela, de 96 años, y su tío, de 66; ambos fallecidos durante el sismo. Ella quedó atrapada en su vivienda y a él le cayó un trozo de madera en la cabeza.
Las familias colocan flores naturales en forma de cruz sobre un tapete de hojas verdes, encienden velas y ofrecen un rosario en honor de los muertos.
¡Que en paz descanse su alma!
, dice la rezandera al terminar el rito. Los dolientes, al final, lloran por sus seres queridos y por la pérdida de sus pertenencias.
Lupita también se quedó sin casa. Reconoce que el terremoto los unió más y que pobremente saldrán adelante.
Ahora la familia está fortalecida, es momento de que nos unamos; es difícil creer que no veremos a la abuela Carmen y al tío Lorenzo
, expresa.
Luz Velia, vecina de Lupita, abraza la fotografía de su madre, quien falleció en el terremoto porque no pudo salir a tiempo de su vivienda.
El murmullo de las mujeres se escucha en la casa de Luz Velia. Ellas elaboran tamales de hoja de plátano, masa, pollo y mole para los asistentes al velorio, porque esa es la tradición
, explica Luz.
Las familias de Lupita y Luz Velia cuidarán que las velas encendidas no se apaguen cuando vecinos y conocidos los visiten a darles el pésame, un apoyo económico de 50 y cien pesos para ayudar a los gastos del funeral. A cambio, les darán tamales y pan.
El velorio dura toda la noche; sin embargo, el temor entre los habitantes se siente igual que aquel jueves 7 de septiembre, cuando la vida cambió para Lupita y Luz Velia.