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Pierre Bergé: empresario y mecenas
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no de esos singulares personajes que, si bien pueden darse en algunas otras capitales, parecen surgir particularmente de los palacios o las buhardillas de París, si no de ambos, es acaso el mecenas y compañero durante 50 años del creador de alta costura Yves Saint Laurent, el empresario y mecenas Pierre Bergé (14 noviembre 1930-8 septiembre 2017).

A sus 86 años, este hijo de un empleado fiscal y una maestra de escuela primaria y soprano aficionada, ambos anarquistas, deja una fortuna de más de 180 millones de euros. Abandona los estudios al terminar la secundaria y a sus 18 años decide desplazarse de su provincia natal a París con la ambición de escribir o hacer periodismo.

Se relaciona con escritores como Mac Orlan, relaciones amistosas con Jean Giono y Jean Cocteau, de quien deviene el titular del derecho moral de su obra. Conoce al pintor Bernard Buffet, su compañero durante una década.

En 1958, el encuentro con Yves Saint Laurent va a revolucionar su vida. Amor a primera vista, pasión total entre el empresario y el creador de moda, Bergé va a encargarse de fundar y administrar la casa de costura Yves Saint Laurent Rive Gauche prêt à porter de lujo. Se ocupará de esta labor durante los 50 años de su relación con Yves, terminada con la muerte del artista en 2008. Poco antes, Bergé firmó un pacto civil de solidaridad (Pacs), legalizando así una unión cuasi conyugal que lo convierte en su heredero.

Entre tanto se dio tiempo para fundar algunas publicaciones, entre ellas Globe, Courrier International y la revista gay Têtu, en principio dedicada a homosexuales y lesbianas pero cuyas portadas son cubiertas por fotos de muchachos más o menos desnudos. Apasionado por la ópera y el teatro, dirigió durante algunos años el teatro del Athénée-Louis Jouvet, donde montó obras de Peter Schaffer, Antoine Vitez, Claude Regis, Marguerite Duras, Peter Brook y Robert Wilson, así como conciertos de John Cage y Philip Glass. De 1988 a 1993, presidió la Opera La Bastille, antes de ser nombrado presidente de honor vitalicio.

Homosexual militante, funda con la actriz y cantante Line Renaud la asociación Sidaction, la cual dirigió hasta su fallecimiento. Amigo de François Mitterrand, con quien compartía sus caminatas por las calles de París, fue también militante y respaldo financiero del Partido Socialista. Apoyó la segunda candidatura de éste a la Presidencia de Francia, como después lo haría por Jacques Chirac y Segolène Royal y, en últimas fechas, por Emmanuel Macron.

“Si no obtuve mi bachillerato, compré Le Monde”, pudo afirmar no sin orgullo cuando, asociado con Xavier Niel y Matthieu Pigasse, adquirió una parte mayoritaria de ese diario y del grupo de prensa La Vie-Le Monde, en junio de 2010 y convertirse en presidente del consejo de vigilancia de Le Monde.

Su amigo y director del Obs’ (antes llamado Nouvel Observateur), Jean Daniel, escribió: lo excepcional en Pierre Bergé, su secreto, era la pasión con que se invertía personal y absolutamente, sea la amistad, el amor, la literatura. Escribió una carta póstuma a Yves Saint-Laurent para relatarle su emoción al saber en venta el manuscrito original de Emma Bovary, obra maestra de Gustave Flaubert y de la literatura francesa.

Los intelectuales franceses tienen la reputación de ser racionales, cartesianos y, muy a menudo, del lado de los espíritus clásicos al opuesto de los espíritus barrocos. Este punto de vista demasiado simple es acaso un error. Nada más barroco que el personaje de Pierre Bergé, millonario y de izquierda, ateo y devoto, mundano y solitario, capaz de reunir todas las contradicciones posibles en su persona y en su vida, pero siempre siendo fiel a su única pasión la creación y los espíritus creadores.

Pierre Bergé deja dos museos Saint-Laurent, uno en París y otro en Marruecos, donde puede admirarse la originalidad de la obra genial de un dibujante y pintor: un creador de alta costura.