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Egresado de la UNAM, el joven de 25 años mezcla diseños para hombre y mujer

En la Semana de la moda en Nueva York, Víctor Barragán desafía géneros y se ríe del macho latino
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Las actrices Nicole Kidman, Naomi Watts, Catherine Zeta-Jones y su hija Carys, asistentes a la presentación de diseños de la temporada primavera-verano 2018 en la Semana de la Moda neoyorkina; en la imagen de en medio, Eva Longoria hace ajustes a una de sus creaciones, y a la derecha, el mexicano Víctor Barragán, quien destacó por sus modelos desafiantes en la pasarelaFoto Xinhua, Ap y tomada del Twitter del diseñador
 
Periódico La Jornada
Jueves 14 de septiembre de 2017, p. a10

Tiene apenas 25 anos y carece de formación en moda. Sin embargo, Víctor Barragán, quien juega con la ambigüedad de géneros y desafía con humor la cultura del macho latino, ya ha logrado hacerse un nombre en Nueva York, donde es considerado talento emergente.

El tercer y mayor desfile de este mexicano en la Semana de la Moda de Nueva York, el martes pasado con lleno a reventar en el West Village, dejó a muchos boquiabiertos.

A veces era difícil saber si el modelo era hombre o mujer. Hubo hombres de tacones altos y tops escotados, pese al pelo en pecho, así como mujeres de pecho totalmente plano y desnudo que mostraban elegantes pantalones.

Así, un modelo de piel cetrina y barba vistió jeans oscuros de talle altísimo, con look afeminado.

El portal Daily Beast catalogó a Barragán de brillante y dijo que su manera de traspasar fronteras y perturbar todo tipo de identidad sexual y de género es extremadamente bienvenida.

La marca Barragán fue elegida por la revista i-D Vice como una de las nuevas firmas experimentales que hacen divertida la Semana de la Moda neoyorkina, y tanto la revista británica Dazed como la compañía WGSN, que pronostica tendencias de estilo, han destacado a su creador como joven promesa.

Para Barragán los géneros son fluidos y sus colecciones lo reflejan. Mis modelos son casi todos mis amigos. Nos conocemos por Instagram e Internet. Somos una comunidad y nos ayudamos mucho, dice a la Afp.

El creador cuenta que sus colecciones comienzan como una investigación de sus propios amigos, y que sabe que muchas piezas son vendibles, pero otras no.

Sé que a muchos amigos no les importa usar una falda. Les preguntamos cómo se sienten y ellos escogen. Nadie está obligado a desfilar con algo que no le gusta, afirma. Ríe cuando se le pregunta sobre su reinterpretación del macho latino. Está donde crecí, es lo que veo, y me llama mucho la atención. Me encanta mezclar ese tipo de feminidad, de masculinidad. Me llena de felicidad jugar con mi país, con el lugar de donde vengo, dice.

Sus modelos también son artistas y diseñadores. El más conocido es quizá Richie Shazam, neoyorquino de origen guyanés que frecuenta el circuito de fiestas y hace estallar las redes sociales con su negativa a ser encasillado en un solo género. Viste de mujer, pero no se depila los brazos ni el pecho ni se ha puesto mamas.

La marca Barragán fue fundada en 2014 en Nueva York, donde reside su diseñador, como experimento en tendencias de la moda, identidad de género y consumo mediático, según su portal oficial.

Sus piezas, fabricadas en México, mezclan artículos clásicos de hombre y de mujer para crear vestimentas que pueden ser utilizadas por ambos.

En su más reciente colección, Barragán, quien utiliza mucho el humor, bromea sobre los tatuajes tribales que miles de personas se grabaron a comienzos de 2000.

Usamos esta estampa un poco cursi de tatuajes, de gráficos tribales. Esta figura la empecé a notar todo el tiempo, y me pareció interesante, divertida, ya que tanta gente tenía lo mismo, contó. “Me dije: ‘voy a hacer aretes, calcetas, calzones’”.

El joven recuerda que aprendió a coser con unas señoras, y que su carrera comenzó haciendo camisetas.

Barragán nació en Ciudad de México y reside en Nueva York. Luego de estudiar diseño industrial en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), entró al mundo de la moda con la etiqueta Ytinifnin nitY, en 2010, que estaba limitada a camisetas, pero amplió su presencia con el sello Barragán, del submundo de la moda que juega con el género y la política de identidad mediante la vestimenta y cuestiona el consumo moderno de la moda, los medios y la cultura pop.