En La fanciulla del West (La chica del oeste) palpita un cálido mensaje de humanismo, afirma el director escénico Sergio Vela, responsable del montaje de esa que es considerada por los musicólogos la ópera más lograda y compleja de Giacomo Puccini.

Casi un siglo después, según documenta el investigador José Octavio Sosa, de que esa ópera se escenificó en México una sola vez, el 24 de febrero de 1920 en el desaparecido Teatro Arbeu, ahora es el próximo título de la Ópera de Bellas Artes en su temporada 2017.

Esa nueva producción será estrenada el domingo 17 en el Palacio de Bellas Artes y tendrá tres funciones más los días 19, 21 y 24.

Es una ópera con un profundo mensaje esperanzador, de perdón, de redención, pero también de una asunción de la diversidad de una sociedad variopinta. Me parece que es parte de la naturaleza del continente americano ese mestizaje cultural; esa necesidad de entender al otro, a los otros, es parte esencial de la vida civilizada, explica Vela en entrevista con La Jornada

Estamos más urgidos que nunca de ese mensaje. En una época de profunda intolerancia de toda índole y por doquier, estamos urgidos de tener esta relación con los demás, con el otro.

El creador escénico comparte créditos en la puesta con el músico brasileño Luiz Fernando Malheiro, quien se encarga de la dirección concertadora al frente de la Orquesta y el Coro del Teatro de Bellas Artes.

El elenco lo encabezan la soprano Ángeles Blancas Gulín, el barítono Jorge Lagunes y el joven tenor vasco Andeka Gorrotxategui.

Compositor deslumbrante

Sergio Vela, también responsable de la escenografía e iluminación del montaje, dice que si bien Puccini goza de fama mundial por La Boheme, Madama Butterfly, Tosca y Turandot, La fanciulla del West es la partitura más ambiciosa, audaz y compleja de todas las escritas por el compositor italiano.

Aunque no tiene la popularidad de otros de sus títulos, es muy importante porque se trata de una dramaturgia muy compleja, y aunque parece lineal e ingenua, está llena de honduras y vericuetos muy interesantes, detalla.

En su opinión, es injusto para Puccini que Turandot sea considerada una muestra inequívoca de su capacidad de renovar la orquestación, pues fue algo que hizo 10 años antes, precisamente con La fanciulla del West.

Existe una vieja y malhadada tradición en la musicología de considerar que Puccini, por ser un compositor muy accesible, es de segundo nivel, en términos de propuesta estética. Me parece una de las más grandes mentiras y más grandes errores en contra de un autor que es absolutamente deslumbrante, añade.

A veces se le suele mirar desde los ámbitos académicos con cierto desdén, y me parece pretencioso, injusto y falso, porque Puccini no sólo posee gran capacidad inventiva en el terreno melódico, sino que la destreza de su construcción dramatúrgica es extraordinaria; su capacidad de orquestador para hallar timbres, sonoridades, la capacidad de renovación en sus planteamientos es admirable.

Sergio Vela dice que el montaje es un proyecto acariciado durante al menos nueve años, con Malheiro, quien adelanta la intención de llevar el montaje al Festival Amazonas de Ópera de Brasil en 2019.

Vela ubica a La fanciulla... como expresión del arte de su tiempo y la inscribe en el art nouveau, por sus estructuras flexibles, orgánicas, vegetales.

Y por la violencia extraordinaria de la sonoridad y del drama fragmentado frecuentemente, la relaciona con el movimiento fauvista. “Creo que es la única ópera fauvista que hay y es posiblemente una de las mejores expresiones de una ópera art nouveau”.