Domingo 10 de septiembre de 2017, p. 5
Hasta las cinco de la tarde de ayer se habían registrado 770 réplicas del sismo ocurrido el 7 de septiembre a las 23:49 horas, con magnitud de 8.2 en la escala Richter.
Informes del Servicio Sismológico Nacional (SSN) indican que la mayor de las réplicas fue un temblor de 6.1, poco después del primero.
El sismo del 7 de septiembre se originó en las cercanías de Pijijiapan, Chiapas, y ha dejado 90 muertos en ese estado, en Oaxaca y Tabasco.
Cuando ocurre un sismo de magnitud considerable, se explica en un reporte del SSN, las rocas que se encuentran cerca de la zona de ruptura sufren un reacomodo, lo que genera una serie de temblores en la región que reciben el nombre de réplicas.
El número de las réplicas puede variar desde unos cuantos hasta cientos en los siguientes días o semanas de ocurrido el temblor principal.
Los movimientos telúricos en Chiapas son frecuentes. El origen de esta sismicidad se debe al contacto entre dos importantes placas tectónicas: la de Cocos y la del Caribe.
La interacción entre estas dos placas tiene lugar en la costa del Pacífico, justo frente a las costas chiapanecas.
Desde principios del siglo XX a la fecha se han producido seis grandes sismos en esa zona con magnitudes mayores a 7, sin contar el del jueves.
Hasta antes del sismo de Pijijiapan, el mayor terremoto del que se tenía registro fue uno que sucedió en 1932 en las costas de Colima y Michoacán, también de 8.2.
Los otros mayores sismos, de acuerdo con el SSN, son el de 1985, de 8.1 grados, originado en las costas de Michoacán, y otro de 8.1 grados, ocurrido en 1995 en las costas de Colima.
Existen evidencias de que en 1787 hubo un terremoto de entre 8.4 y 8.7 en las costas de Oaxaca.
Hasta la fecha no se cuenta con técnicas científicas que puedan determinar cuándo o dónde ocurrirá un temblor, pero especialistas de la UNAM han advertido que en otra región muy sísmica de México, la del noreste de Guerrero, desde 1911 no se han movido las placas tectónicas, por lo que es probable que ocurra un movimiento de magnitud considerable en un futuro próximo.