Alcanzan Águilas el subliderato en un Azteca semivacío
Tiburones acabó con 10 hombres tras expulsión de Kristian Álvarez
Domingo 10 de septiembre de 2017, p. a35
Sin alardes, sólo con lo necesario, América derrotó 2 a 0 a los Tiburones Rojos del Veracruz, en un estadio Azteca con entrada famélica.
En la jornada 8, con el retorno del torneo de liga, Silvio Romero deslumbró con un doblete al minuto 6 y al 68, para dejar a Las Águilas en el subliderato.
América tomó el control desde el inicio, había confianza en sus despliegues y toques al balón. Esa lógica surtió efecto a los 6 minutos. Una jugada elaborada, con toques multiplicados; en el borde del área, Oribe Peralta recibió de espalda a la portería, sagaz y anticipado, atrajo a los defensas para enviarle la pelota a Silvio Romero. El Chino fue perseguido por una jauría, pero recortó y disparó con fortuna para abrir el marcador.
América tuvo varios minutos de dominio absoluto. Dueños del balón y sin prestarlo, hacía evoluciones, tratando de buscar la ruta más próxima a la portería ajena. Fue hasta los 18 minutos que Veracruz tuvo su primer atisbo de agresividad. Adrián Luna cobró un tiro de castigo y obligó al portero americanista, Agustín Marchesín, a volar sobre su costado.
El intermedio fue tiempo fuera, estratégico, para recomponer las ideas enfrentadas. América volvió para reclamar su superioridad estadística –cinco torneos de dominio sobre los escualos, no puede desestimarse–, aunque sin mucho efecto.
Veracruz trató de expresar su mejor forma, con ímpetu y sin miedo. Daniel Villalba la buscó solo, entró al área, nadie lo detuvo, estaba frente al portero y quiso fusilarlo, pero Marchesín salvó de manera asombrosa y salió controlando el balón. Al volver se dobló para recuperar el aliento tras el estallido, venía de regreso Villalva, volteó a verlo y lo felicitó por la exhibición de talento.
Pero el duelo perdió sazón, empezó a volverse acomodaticio en ambos extremos. Los americanistas no conseguían arrinconar y rematar a sus rivales, y los del puerto no mostraban las agallas para remontar.
En esa deriva, América sorprendió no sólo al rival sino a todos los asistentes al Azteca, que parecía que ya no esperaban más goles de su equipo. Otra vez Romero, un córner y después del intento de remate de cabeza de Bruno Valdez, que quedó para que Silvio anotara de palomita.
Se agotaba el tiempo de compensación y la desesperación atizó en los tiburones. La expresión más acabada de esa angustia fue la entrada fuerte de Kristian Álvarez por la que recibió la severa tarjeta roja del árbitro, para cerrar mal la noche.
Con el resultado América llega a 16 puntos y se acerca un poco a la cima que resguarda Monterrey, con 20 unidades. Los Tiburones se quedaron con 10 puntos.