Un narrador de éxito retomó ideas del fallecido escritor e hizo una obra al alimón
El autor de Naranja mecánica intentaba crear una historia experimental utilizando las técnicas empleadas por John Dos Passos
El libro aparecerá con el sello Unbound, recién llegado al mundo editorial británico, si se cumple la meta de financiamiento; lleva 54 por ciento
Miércoles 6 de septiembre de 2017, p. 3
Cuando el entrevistador John Cullinan le preguntó, para un artículo en Paris Review en 1972, por qué veía en el vanguardista James Joyce una especie de modelo a seguir, el escritor inglés Anthony Burgess contestó: Todas las novelas son experimentales
.
Burgess murió en 1993, pero, con esa idea en mente, sin duda aplaudiría que una obra suya inédita vaya a salir a la luz en breve. No es que El Príncipe Negro sea una novela perdida que se haya encontrado languideciendo, como parece ocurrir tan a menudo en estos días, dentro de una maleta en algún desván empolvado. Tampoco es una novela que Burgess haya suprimido por alguna razón, o que haya decidido no publicar.
No, lo que sin duda emocionaría al autor de Naranja mecánica y Poderes terrenales, entre más de 30 novelas, es que en realidad nunca escribió El Príncipe Negro, aunque sí tomó las ideas y las convirtió en el guion de una película… que nunca se filmó.
Es un misterio del que sólo el escritor Adam Roberts tiene la respuesta, pues, en el espíritu de la afirmación de Burgess de que todos los novelistas son experimentadores, está tomando el material en crudo que el autor dejó atrás e intenta convertirlo en la novela de Anthony Burgess que nunca fue.
Nada de notas, sólo un guion
Roberts, de 52 años, es conferencista en literatura inglesa y escritura creativa en Royal Holloway, Universidad de Londres, y no se queda muy atrás como productor de libros propios: la semana pasada se publicó su decimosexta novela, The Real-Town Murders.
Ha sido admirador de Burgess desde que puede recordar. “De adolescente leí varios libros suyos, y hay que recordar que a finales de los años 70 y principios de los 80 estaba en todas partes: por ejemplo, era el invitado más frecuente en el programa Parkinson, de la BBC; sus reseñas aparecían en los periódicos dominicales, y cuando Poderes terrenales perdió el premio Booker ante Ritos de paso, de Golding, en 1980 –lo que fue una total injusticia–, todos los canales de noticias lo reportaron.
La primera mención de El Príncipe Negro que vio Roberts fue en una entrevista de 1972 en Paris Review realizada por John Cullinan, a quien Burgess dio la declaración sobre novelas experimentales
. Burgess le dijo a Cullinan que quería escribir una novela histórica usando las técnicas empleadas por el gran literato estadunidense John Dos Passos, entre cuyas herramientas experimentales se encuentran incorporar fragmentos de notas periodísticas, detalles autobiográficos y ficción realista. “La novela que tengo en mente, para la que he hecho un plan de 90 páginas, se refiere al Príncipe Negro. Creí que sería divertido robarle descaradamente a Dos Passos los dispositivos Ojo de Cámara y Noticiario nada más para ver cómo funcionan, en especial con la Muerte Negra, la batalla de Crécy y la campaña en España. El efecto podría ser como si el siglo XIV entrara en otra galaxia, en la que de algún modo el lenguaje y la literatura hubiesen llegado al siglo XX. La técnica haría que los personajes históricos parecieran remotos y bastante cómicos… y eso es lo que quiero”.
De inmediato atrapó la atención de Roberts. “Me intrigó al instante… ¡qué concepto tan audaz! En la entrevista dice que tenía unas 80 páginas escritas. Me dio mucha curiosidad ver ese material”.
Poco a poco la curiosidad se convirtió en algo más. ¿Y si Burgess hubiera completado la novela? Sabía que no fue así, pero… ¿y si alguien más la completara? ¿Y si esa persona fuera Adam Roberts?
“Mi idea inicial era que si Burgess hubiese logrado escribir una parte lo bastante sustancial de la novela, sería posible ponerle un remate y así traer a la luz una ‘nueva’ novela de Burgess. Parecía una propuesta bastante emocionante.”
Se puso en contacto con Andrew Biswell, el mayor experto mundial en Burgess, director del Instituto Burgess, ubicado en Manchester, ciudad natal del autor. Hubo una noticia buena y una mala.
Me dijo que Burgess había escrito todo un guion basado en ese material, que nunca se filmó, pero no había dejado fragmentos de novela, notas ni nada. En ese punto la perspectiva cambió: yo tendría que escribir toda la novela, de acuerdo con el resumen inicial de Burgess, usando tanto del guion como fuera posible. No estaba muy seguro de eso, pero Andrew me envió una copia del guion y al leerlo la idea se arraigó más y más en mi imaginación. Así que terminé haciéndolo.
Ideas desafiantes
Roberts es primordialmente un novelista de ciencia ficción. Sus obras son reflexivas, inteligentes y a veces extrañas; llena sus libros de conceptos e ideas a menudo desafiantes. By Light Alone trata de un futuro en el que mediante ingeniería genética se logra que el cabello humano absorba los nutrientes del sol, con lo que se elimina la necesidad de comer. En Yellow Blue Tibia, Stalin reúne a un grupo de escritores rusos de ciencia ficción después de la Segunda Guerra Mundial para desarrollar un escenario hipotético de invasión alienígena… la cual puede ocurrir o no. En Bete, los animales hablan, pero aun así nos los comemos. Su libro más reciente, The Real-Town Murders, está situado en un futuro próximo en el que todos están conectados con El Resplandor, y en la cajuela de un auto aparece un cuerpo recién salido de una línea de producción automatizada… idea que fue sugerida inicialmente nada menos que por Alfred Hitchcock.
Así pues, innovar no es algo extraño para Roberts. Aun así, ¿le causó algún escrúpulo escribir algo en lo que aparecerá su nombre al lado de Anthony Burgess?
“La respuesta breve es: sí. Es un novelista británico importante, y yo intentaba hacerle justicia, mantenerme fiel a su estilo y ethos, jugarle limpio”, dice Roberts. Era mucho pedir. El reto técnico era en verdad muy específico: necesitaba escribir una prosa que capturara el sabor de Burgess capturando el sabor de Dos Passos, lo cual significaba ahumar los arenques de mis capítulos en el humo del verdadero Burgess: de ahí mi lectura de todo su catálogo. Pero había un peligro real de que el resultado fuera un desastre, una especie de muerte. Obviamente espero que no haya sido así.
Y entonces, ¿es esta una novela de Adam Roberts o de An-thony Burgess?
“Es una novela de Adam Roberts, pero basada en una idea de Burgess, que incorpora tanto del verdadero Burgess como me fue posible, y que le es todo lo fiel que pude ser. Espero que no parezca que soy evasivo… En verdad viví y respiré Burgess durante todo el tiempo que la escribí, y espero que eso aparezca en el resultado final.”
¿Y cuándo veremos el producto terminado? Volvemos en redondo a la idea de que todas las novelas son experimentales, no sólo en su escritura, como sin duda ocurre con El Príncipe Negro, sino también en su publicación.
Nuevo paradigma de edición
El Príncipe Negro será publicada por un sello relativamente recién llegado al mundo editorial británico, Unbound. El editor tiene un modelo progresista de negocios, basado en el financiamiento colectivo. Los proyectos se publican en el sitio de Unbound y tiene que haber un nivel determinado de promesas de personas interesadas para que el libro entre en producción. A diferencia de Kickstarter, por ejemplo, no hay una carrera de un mes para llegar a la meta y si no se logra se elimina el proyecto; los suscriptores de Unbound son más civilizados y pacientes. Al momento de su escritura El Príncipe Negro está financiada en 54 por ciento, a menos de la mitad de llegar a ser un libro de verdad, y no sólo con ejemplares reservados para los suscriptores, sino en plena producción para que cualquiera pueda adquirirlo.
“La industria editorial en conjunto pasa por un periodo desafiante: el ascenso de los e-books, la proliferación de la autopublicación y otras formas de edición, han causado cierto desorden en el viejo modelo de negocios”, dice Roberts. Como escritor, aún valoro todo lo que un editor apropiado puede añadir a lo que hago, y como lector aún confío en los editores como guardianes de la calidad. Pero Unbound es también un editor apropiado, aunque con un modelo de negocios diferente
.
Y, desde luego, no hay nada nuevo bajo el sol. Unbound se anuncia como el nuevo modo de publicar, pero tiene raíces en la forma en que antes hacíamos las cosas.
En cierta forma es un regreso a un modelo mucho más antiguo: el modelo del siglo XVIII y principios del XIX consistía en atraer a una lista de suscriptores, o patrocinadores, que aportaban el dinero para que el libro se publicara
, comenta Roberts. Es de preverse que habrá un retorno a ese modelo. Será interesante ver a largo plazo hasta dónde llega este nuevo paradigma de edición
.
The Black Prince, de Anthony Burgess y Adam Roberts, será publicado por Unbound si se cumple la meta de financiamiento. Para suscribirse: unbound.com/books/the-black-prince
© The Independent
Traducción: Jorge Anaya