El pie equinovaro es una de las deformidades más comunes en las extremidades inferiores, y aunque por mucho tiempo se trató mediante cirugías que implicaban diversos cortes en los huesos, desde hace algunos años el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) ha puesto en marcha un método terapéutico mucho menos invasivo.

Se trata de la llamada técnica Ponseti –en homenaje a su creador, el médico español Ignacio Ponseti– que consiste en la colocación de una serie de yesos en las piernas para corregir paulatinamente dicha malformación, complementada por una intervención quirúrgica mínima, lo que regenera los pies hasta devolverles totalmente su funcionalidad.

En entrevista con La Jornada, el doctor Juan Agustín Valcárcel León, coordinador del equipo encargado de aplicar esta técnica en el Hospital de Ortopedia Victorio de la Fuente Narváez, explicó que como el pie equinovaro es fácilmente identificable desde el nacimiento, es posible comenzar a tratarlo a edades muy tempranas.

En la primera fase del tratamiento, los médicos le ponen a los niños y niñas afectadas entre 6 y 8 yesos en las piernas, que se cambian cada semana, durante un mes y medio o dos, cuya función es hacer que los pies regresen poco a poco a su posición normal.

Luego de esta etapa correctiva sigue la de mantenimiento, donde los pacientes deben utilizar –hasta que cumplen 5 años de edad– unos zapatos especiales unidos por una pieza de metal, llamada barra de Dennis-Brown, para obligar a los pies a mantener su punta hacia fuera y hacia arriba.

En el 90 por ciento de los casos, para culminar el proceso curativo es necesario realizar una pequeña incisión en los pies de los afectados para cortar el tendón de Aquiles, lo cual termina de corregir la última parte del pie, conocida como equino.

El método Ponseti, subrayó Valcárcel, es de bajo costo y reproducible prácticamente en cualquier hospital, pero sobre todo implica una intervención mucho menos invasiva que la cirugía de liberación posteromedial, mediante la cual se abría el pie a lo largo para liberar todas las estructuras tensas, pero con más secuelas negativas para el paciente.

De acuerdo con el especialista, en el Hospital de Ortopedia Victorio de la Fuente Narváez se atienden alrededor de 100 casos al mes de pie equinovaro a través de la técnica Ponseti, que tiene unos 20 años de aplicarse en México, y en el IMSS existe más o menos desde 2012.

Si esta deformidad no es atendida a tiempo, advirtió, las personas afectadas padecen de grandes dificultades para caminar y desarrollan úlceras. En el peor de los casos, son marginadas de la educación y de otras actividades sociales, lo cual limita seriamente su calidad de vida.

Noemí Gabriela Soto Gutiérrez relató que su hijo Jasiel, de 8 años de edad, desarrolló pie equinovaro pese a haber sido intervenido con una cirugía que implicó abrirle ambos pies para corregir sus huesos.

Con la técnica Ponseti su hijo “ha avanzado mucho, ¡nada que ver con cómo estaba antes! Ya no quería caminar, y llevarlo a la escuela era un trabajo fuertísimo porque se tropezaba con sus mismos pies, hasta que me dijo: ‘ya no puedo’. A él le tocaron métodos (de operación) viejos, pero ahora ha tenido un buen de avance”, celebró.