El entrenador Iván Bautista no cabe de orgullo de que Arantxa Chávez sea tricampeona mundial universitaria y los clavados hayan sido el referente de la delegación mexicana, al sumar cuatro medallas de oro, en la actuación más destacada de México en las universiadas con 22 metales (6-5-11) en Taipei.

A la clavadista capitalina la entrena desde que tenía cinco años y la conoce a la perfección, sus altas y bajas, todo ese largo proceso que pasan para estar en el alto rendimiento y ser cada vez mejores.

En el caso de Arantxa, de 26 años, quien tiene experiencia en justas internacionales, el resultado en Taipei, señala el técnico, fue excelente, porque cerró la temporada como la mejor exponente en el trampolín de tres metros.

“Ella ha ido mejorando a largo plazo y ese control de competencia (que mostró en Taipei), es lo más positivo que me deja como entrenador.

Tiene cualidades físicas, músculo explosivo para el trampolín y, sobre todo, recuperó la confianza en ella misma después de que no se dieron los resultados en el Mundial de Budapest, subrayó Bautista.

Chávez dejó la capital del país para radicar y estudiar en Guadalajara, luego que su entrenador recibiera una oferta de trabajo en el deporte de Jalisco hace más de una década, para crear la escuela de clavados y entrenadores.

Estamos en el sueño que buscamos y me da gusto que esté mejorando, expresó el técnico y destaca que junto a Arantxa están Melany Hernández y Adán Zúñiga, quienes también son sus pupilos, para dar los títulos en sincronizados tres metros femenil y mixtos, así como el oro de Dolores Hernández, quien es alumna de Ma Jin, en trampolín un metro.

Considera que el trabajo va paso a paso rumbo al ciclo olímpico de Tokio 2020, sin hacer a un lado a los medallistas de esas justas, Germán Sánchez, Iván García, Paola Espinosa y Alejandra Orozco, los que forman parte de su equipo con el apoyo de cuatro auxiliares que fueron ex clavadistas y sus pupilos.

Vamos a seguir el trabajo y darles las herramientas. El nivel lo tienen y hay que mantenerlo en los selectivos, que cada vez son más difíciles porque los chavos vienen apretando y en cada compromiso que se avecine irán los dos mejores de cada prueba, concluye Iván Bautista.