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De 30 quejas presentadas por hostigamiento, en ninguna se ha aplicado sanción

Impune, el acoso sexual dentro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación

A las afectadas en lugar de hacerles justicia se les revictimiza, asegura abogado defensor

Especial para La Jornada
Periódico La Jornada
Domingo 27 de agosto de 2017, p. 7

¿Por qué te pusiste los pantalones prohibidos?, dijo su jefe de área a Silvia Angélica Vivar Gómez Farías, trabajadora de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN). ¿Son incorrectos para trabajar?, contestó ella. Él remató: No, mi reina, es que se te ven estúpidamente deliciosos.

En los pasados cinco años, la SCJN ha recibido 30 quejas documentadas por acoso laboral y sexual en esa dependencia, y ninguna resolución ha dado la razón a las denunciantes, ni tampoco ningún servidor público ha sido sancionado.

La Suprema Corte de Justicia de la Nación es candil de la calle y oscuridad de su casa. Desde que emitió su protocolo AGAIII/2012, que fija las bases para investigar y sancionar el acoso laboral y sexual dentro del máximo tribunal, hay 30 casos y lamentablemente no han sancionado a nadie, dice Silvia Angélica en entrevista con La Jornada, quien lleva cuatro años luchando contra el hostigamiento y acoso laboral y sexual.

Norma Pulido Cruz, se encuentra en la misma situación. En su puesto de secretaria tiene que atender el correo institucional del mismo jefe y se encontró con una desagradable situación: Eran correos con pornografía, con mujeres desnudas. Está de testigo mi compañera, quien ratificó todo, diciendo que fue algo muy grotesco y aberrante.

Ambas señalan que son víctimas de Leopoldo Ceceña Cubría, coordinador de visitas guiadas de la Dirección General de Comunicación y Vinculación Social, y el subdirector de la misma área, Luis Carretero y González.

Su abogado, Sergio Méndez Silva, fundador y director de la organización no gubernamental Pro Persona, lamenta la falta de respuesta de la SCJN: La Corte no está actuando coherentemente entre lo que decide. Mientras los ministros van por un lado, internamente van por otro. Revictimizan a las víctimas, no las toman en consideración, no admiten medidas cautelares en favor de ellas, les aplican técnicas de acoso laboral, tienen que trabajar en las mismas áreas.

Añade: Resulta entonces que el procedimiento interno que supuestamente busca combatir el acoso, está absolutamente disociado de los criterios que los ministros adoptan en sus sentencias cuando falla el pleno de las salas.

Problema en aumento

Silvia Angélica lleva más de 10 años laborando en la SCJN y cinco en el área donde está sufriendo el acoso laboral y sexual. Comenta que las insinuaciones de carácter sexual han ido aumentando cada día.

Cuenta que Leopoldo Ceceña Cubría hacía alusión a su situación de madre divorciada y un día le dijo: Aunque no tengas pareja, no la necesitas para ser feliz y satisfacerte. ¿Tú te masturbas? ¿Si sabes cuál es el objetivo de la masturbación? La autoexcitación sirve para satisfacerte sin culminar el acto carnal.

Explica que aunque ella se mostró contrariada, su jefe continúo: “Tú podrías estar desnuda frente a un hombre desnudo sin tener que hacer caso a tus instintos, y sólo satisfacerte mirándolo; cuando una persona se masturba debe pensar en alguien… Yo muchas veces me he masturbado pensando en ti”.

Afirma que casi enseguida de que Ceceña Cubría terminó de decir lo anterior, se acercó Luis Carretero y le dijo: ¿verdad, Luis que ella es una mujer hermosa y que no necesita de un hombre al lado para ser feliz? El licenciado Carretero contestó: claro que no, pero si necesitas, aquí estoy yo para servirte. Lo anterior “lo comentó dando un paso al frente de mí, abriendo las piernas y empujando la cadera hacia delante y mordiéndose los labios… Me dejó en shock. Nunca en la vida me hubiera imaginado que un hombre fuera capaz de decirme eso”.

El abogado Méndez Silva señala que a pesar de existir todas las pruebas y evidencias, el órgano interno encargado de recibir estas quejas revictimizó a las denunciantes: Ellas, muy valientemente presentaron quejas, pero inicialmente la Corte no quería darle trámite, pero por la presión la aceptaron, pero fue completamente revictimizante. Participó una perito que terminó echándole la culpa a las víctimas, diciendo que ellas provocaban las agresiones, que estaban mintiendo, que tenían trastornos mentales.

Para el defensor de derechos humanos lo más grave es que se negaron a cambiarlas de área, con lo cual llevan cuatro años sufriendo lo mismo: Ellas siguen estando subordinadas con estos señores, el procedimiento ha implicado que se les desahoguen pruebas cuando tienen que confesar hechos, siendo que no son las acusadas y no tendría por qué haber una confesión a partir de preguntas que resultan contrarios a los criterios de la Suprema Corte sobre protección de derecho de las mujeres.

Añade: La SCJN ha descuidado enteramente el procedimiento interno para sancionar el acoso laboral y sexual. Antes era la ministra Olga Sánchez Cordero la encargada de la cuestión de género; hoy es la ministra Margarita Luna Ramos, que no sabe ni le interesa nada del género.

Por eso, insiste en exhibir la incongruencia entre las sentencias de los ministros y lo que sucede dentro: No se nota que los ministros mantengan control sobre las instancias internas administrativas. Por esa razón hay una gran disociación entre criterios en favor de las mujeres en las decisiones de la Corte cuando dictan sentencias que no aterrizan en su procedimiento interno que busca combatir el acoso laboral y el hostigamiento sexual.

Acoso continuado

Dentro de la explicación de motivos de la queja, de la cual La Jornada posee una copia, Silvia Angélica documenta que el 4 de agosto de 2014 sus dos jefes la recibieron felicitándola por su cumpleaños: ¿cumpliste 33 y cada día más buena?

Méndez Silvia añade: Nosotros presentamos un escrito donde expusimos todos los procedimientos revictimizantes y las irregularidades. El caso ya llegó a dictamen para decidir si estos señores son responsables. Es un dictamen que pasa al ministro presidente, quien finalmente decide si hay sanción.

El próximo martes las denunciantes y su abogado serán finalmente recibidos por el ministro presidente Luis María Aguilar Morales: La sanción debería incluir la destitución del cargo, una pena económica y dejarlos inhabilitados para ocupar cargos públicos por llevar a cabo actos de violencia sexual contra las mujeres en la SCJN.

A pesar del tiempo transcurrido y las pruebas presentadas, ambas denunciantes no han sido recibidas por la ministra Luna Ramos: La equidad de género se la pasan por el arco del triunfo adentro de la Corte. No les interesa. Los criterios que las salas emiten no las observan dentro, ni la contraloría, que es el departamento que lleva el procedimiento. Hemos ido a buscar a la licenciada Bertha, que es la secretaria del ministro presidente, y lo único que hace su secretario particular es tomarnos el nombre, el teléfono y decirnos que nos va a llamar.

Añade: “Estos dos señores tienen una larga fama de abusar siempre del puesto que tienen. Reciben a los estudiantes de todo el país y utilizan su cargo para conocer a las estudiantes. Es muy deleznable, porque entre ellos se dicen: ya vienen las de Sinaloa, que son altas, usan minifaldas y están bien buenas.

Sin embargo, el compadrazgo de Ceceña Cubría con el ministro José Fernando Franco González Salas hace poco viable que le despidan.

La víctima comenta que el año pasado se tituló de un posgrado de derecho de la Universidad Panamericana, con la tesis El acoso laboral y sexual en la Suprema Corte de Justicia de la Nación, dirigida por el doctor José María Soberanes Diez.

Estudié con beca de la SCJN, que costó 200 mil pesos, como para que me dejen en el mismo lugar. Somos castigadas por abrir la boca. Por eso queremos que se reconozca esta conducta, pues hay muchas pruebas contra ellos; queremos que nos pidan una disculpa y que los manden a un diplomado de equidad de género para que se eduquen y aprendan a respetar a las mujeres. Y finalmente exigimos que los quiten de la cadena de mando, que se les vigile y supervise.

Finalmente, señala que el hostigamiento se incrementa por la falta de sanción y que Carlos Áviles, director de Comunicación Social, las hostiga laboralmente: Él directamente nos ha hecho tratos diferenciados porque nos aborrece por haber denunciado lo que sucede en su dirección general. Lo que queremos es que nos muevan a una dirección de área donde estos señores ya no tengan injerencia sobre nosotros. Ahorita no tenemos derecho a pedir un ascenso, un permiso. Estamos sufriendo una venganza laboral, concluye.