Trato de mero oportunismo, califica Ramírez Marín
una tragedia para la política
Gobierno y partidos enfrentarán en 2018 el escrutinio de los votantes
Domingo 20 de agosto de 2017, p. 10
Una alianza entre PAN y PRD en el proceso electoral de 2018, es una tragedia para la política, porque el trato entre derecha e izquierda no tiene causa programática, carece de fundamento y de principios, es simple oportunismo en una coyuntura en la que se pretende derrotar sin ideología al PRI
, expuso el representante del tricolor en el Instituto Nacional Electoral (INE), Jorge Carlos Ramírez Marín.
Circunscribió al interés puramente pecuniario la alianza entre la derecha y la izquierda
. Eso lo lee la sociedad, indicó, porque detrás existe un interés económico para los actores de esas cercanías estrictamente coyunturales.
En entrevista con La Jornada, el priísta aceptó que en el proceso de 2018 el ciudadano evaluará los resultados del gobierno federal, sin duda, pero los partidos políticos de oposición también se encontrarán frente al escrutinio de los votantes. Ramírez Marín adelantó que su partido se inclina, desde ahora, por un gobierno de coalición que dé viabilidad y gobernabilidad al país.
Lo importante ahora es, no solamente construir bloques electorales, sino como plantea el PRI, auténticas coaliciones de gobierno. Y eso no lo aclaran ni PAN ni PRD, simplemente tienen un propósito: que no gane el PRI, ¡pero eso no va a pasar! No cuaja entre panistas y perredistas la idea, porque es oportunismo temporal, que es sumamente frágil y débil.
–Hay disgusto, desagrado entre los votantes porque los partidos no tienen principios, sino intereses económicos.
–Lo que lee la sociedad es cómo los individuos simplemente usan las siglas de sus partidos para beneficiarse.
Lo ideal es que los partidos deberían regresar a sus principios, y eso implica gastar menos en las campañas, tener menos espots y más trabajo cívico de puerta en puerta, es decir, hacer más ejercicios de debate y menos propaganda para recuperar la confianza de los ciudadanos.
–La consigna previsible de una alianza PAN-PRD será reprochar los resultados y decisiones del actual gobierno –se le comentó.
–Tendríamos más autoridad moral para exigir cuentas si los partidos no estuvieramos también bajo el escrutinio de la sociedad, el mensaje es que anteponemos nuestros intereses estrictamente electorales al interés general, pero cuando la gente lee eso, pues muy dificilmente conservas la calidad moral de sacarle cuentas al gobierno.
Entonces, hay otro deterioro de la función de los partidos políticos, porque pierden peso como equilibrio. Y eso es penoso, pero a final de cuentas el gobierno debe estar preparado para una situación así, y tiene que ser eficiente para maximizar sus aciertos, no en función de una expectativa electoral, sino en función del beneficio que deben alacanzar sus políticas.
–Si planteamos un escenario electoral muy competido, ¿la sociedad castigará a todos los partidos?
–La sociedad va a ser sumamente crítica en el proceso electoral, va a sacar cuentas, y eso lo debe tomar en cuenta el partido en el gobierno, pero los partidos de oposición no pueden cantar victoria, porque también les va a tocar pagar cuentas a ellos. Va a ser un proceso extraordinariamente informado, crítico, y vamos a tener una sociedad –en redes sociales y a todos niveles– tremendamente participativa, haciendo balances y sacando cuentas, tanto para el gobierno como para los partidos de oposición.
–¿Ve futuro a una alianza PAN-PRD, con ideologías, se supone, diametralmente distintas?
–Yo creo que es probable, van a construir esta alianza, por rara que parezca, pero no le veo futuro electoral porque la sociedad ya no come cuentos.
–El PRI ¿volverá a sus principios? –se le inquirió.
–El PRI lo que tiene que hacer es convocar alianzas, hacer coaliciones, vamos a ver con quienes, pero no hay que pensar en los partidos tradicionales, hay que pensar en muchas asociaciones, en muchas organizaciones ambientalistas, de derechos humanos y otras que también deben ser incorporadas. Es fundamental hacer estas alianzas para gobernar.