La firma original de Juan O’Gorman (1905-1982) fue develada ayer en lo que hoy es el Museo Casa Estudio Diego Rivera y Frida Kahlo.

El arquitecto construyó ese inmueble, por encargo Rivera y Kahlo; integra dos casas que fueron habitadas por ambos artistas.

“Diego Rivera. Juan O’Gorman construyó el proyecto. A. Alvarado, maestro de obras. 1932”, se lee en la fachada sur de la casa del muralista.

La firma fue hallada en 2015 por la investigadora Cristina López Uribe, estudiante de doctorado de la Facultad de Arquitectura de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), quien localizó una fotografía en el archivo del Museo de Arte Moderno de Nueva York.

Se obtuvo una copia de la imagen de la firma de O’ Gorman y su ubicación. Y del 4 al 25 de noviembre de 2016, personal del Centro Nacional de Conservación y Registro de Patrimonio Artístico Mueble, del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), emprendió el rescate de la valiosa e histórica firma original.

Las dos casas, hoy convertidas en museo, “constituyen un ejemplo destacado entre las primeras obras funcionalistas en América Latina, que incorpora de manera notable el estilo conocido como ‘orgánico mexicano’, porque promueve la armonía entre el hábitat humano y el entorno natural”, explicó Lidia Camacho, directoria del INBA, en ese acto, al que acudió Guadalupe Rivera Marín, hija de Rivera.

Símbolo de la Ciudad de México

La recuperación de la firma original de Juan O’Gorman, destacó Camacho, contribuye a documentar el valor histórico y estético del inmueble, de ahí que sea un gran beneplácito.

Desde un aspecto arquitectónico y estético, la importancia de este rescate se centra en dos cosas, explicó en su momento Alfredo Ortega Quezada, coordinador de acervo inmueble de ese museo casa estudio: “La primera resalta la amistad que había entre O’Gorman y Diego Rivera, quien fue su maestro y uno de sus primeros clientes, al construir una de las primeras obras arquitectónicas denominadas funcionalistas, y en segundo lugar, que O’Gorman al firmar la casa, se comprueba que él veía su arquitectura como una obra de arte, ya que también fue pintor”.

De acuerdo con Guadalupe Rivera, el rescate es muy importante, pues la existencia de la casa es histórica, es hoy un símbolo de la Ciudad de México, porque fue la primer casa de arquitectura moderna que se edificó en la urbe. Cuando se construyó fue un escándalo, la gente decía que cómo era posible que en la zona de San Ángel se fuera hacer esa construcción. Hubo protestas muy serias, porque consideraban que era una obra muy fea y fuera de lugar.

Hoy se considera una notable obra arquitectónica, declarada monumento artístico en 1998.