Santiago recibió un trasplante de riñón en el hospital de Especialidades del Centro Médico Nacional La Raza el martes pasado y ayer amenazó con quitarse la vida. Intentó saltar desde el décimo piso.

Alrededor de las 11 de la mañana, el paciente, visiblemente alterado y a gritos, anunció que se mataría. Bajó de su cama y tomó una silla con la que golpeó a una enfermera. Luego se dirigió a la ventana y rompió el vidrio. Por ahí salió y se ubicó en el borde, el cual en ese edificio es ancho y está cubierto por una malla para evitar que las aves se acerquen.

Enseguida intentó quitar la malla para saltar al vacío. Para entonces, el personal del nosocomio ya había activado la alerta, por lo que llegaron elementos del Escuadrón de Rescates y Urgencias Médicas (ERUM), la Secretaría de Seguridad Pública, Protección Civil y el Cuerpo de Bomberos.

De acuerdo con versiones de trabajadores y pacientes, Santiago (nombre ficticio para proteger su identidad) estuvo muy inquieto toda la mañana, pero no pensamos que llegaría a tanto.

Comentaron que transcurrieron unos 30 minutos y cuando llegó el personal el ERUM, uno de los paramédicos, Alfredo Gutiérrez, dialogó con el derechohabiente que seguía apostado en el borde exterior de la ventana. Después de un rato logró convencerlo para que regresara al interior del hospital.

El paciente ingresó al hospital de Especialidades La Raza del Instituto Mexicano del Seguro Social a causa de una insuficiencia renal que fue atendida con la cirugía sustitutiva. Su madre le donó un riñón.

Ya de regreso, la directiva del nosocomio determinó ubicar al paciente en un cuarto aislado, donde continuará su recuperación de la cirugía.