La Red Mexicana de Radiotelescopios en el bachillerato, de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), ha crecido en los 14 años recientes, en un proyecto para atraer jóvenes a las ciencias y a las ingenierías, y actualmente está en 11 planteles y se han sumado escuelas de los estados de México, Hidalgo y Oaxaca.

El próximo lunes la red observará el eclipse solar e intercambiará datos con diversas instituciones, además de que se prepara su primer coloquio de experiencias radioastronómicas, que efectuará en septiembre.

Alfonso Castillo Ábrego, coordinador del proyecto, señala que desde las instalaciones del bachillerato los alumnos pueden estudiar la actividad del Sol y observar a Júpiter. Los datos que se obtienen mediante gráficos se intercambian con científicos de la propia universidad nacional, incluso con un proyecto educativo de la Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio (Nasa).

Recordó que la red comenzó en 2004, con radiotelescopios en seis instancias, de la UNAM cinco de ellas, y una externa de la Universidad Iberoamericana; en la actualidad, a los planteles ya citados están próximos a incorporarse la Escuela Nacional Preparatoria 6, Antonio Caso; y 8, Miguel E. Schulz.

De igual forma, en el proyecto participan Universum, Museo de las Ciencias, y los institutos de Geofísica y de Radioastronomía y Astrofísica.

En un comunicado, la máxima casa de estudios señala que los estudiantes y profesores de la red comparten, de forma cotidiana, datos con el proyecto Radio Jove de la Nasa, un programa educativo de la agencia espacial estadunidense basado en la investigación, que permite aprender sobre radioastronomía y construir un radiotelescopio propio a partir de materiales y herramientas económicas, y/o usando telescopios de radio remotos mediante Internet.

Desde su fundación en 1988, Radio Jove suma mil cien equipos de estudiantes y personas interesadas en este proyecto sin fines de lucro.

Hay un protocolo de los requisitos para el trabajo de los alumnos: deben tener un equipo de cinco profesores interdisciplinarios, no necesariamente de física. Se les apoya con equipo, adquieren el receptor y los materiales, luego se les enseña a hacer la instalación, donde ellos practican, explicó Laura Parrao y López, investigadora del Instituto Astronomía.