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Los cambios, aunque las medidas generen malestar en el corto plazo, indica en análisis

A partir del fracaso en Chile, la Consar insiste en reformar el sistema de pensiones

Los mexicanos recibirán al jubilarse 28.4% de su último salario; allá les otorgan 37.7%

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Mientras en México la tasa de aportación a las Afores es de 6.5 por ciento, en Chile se trata de 10 y en los países integrantes de la OCDE se eleva a 19.6 por ciento, por lo que los jóvenes que se integran al sector laboral recibirán pensiones muy reducidas, concluyó un informe de la ConsarFoto Notimex
 
Periódico La Jornada
Domingo 13 de agosto de 2017, p. 21

En la próxima década, los trabajadores mexicanos enfrentarán un panorama más desfavorable al que viven actualmente sus contrapartes chilenos en materia de pensiones, debido a que todos los parámetros que determinan el monto que recibirán al jubilarse son menores a los del país sudamericano, concluyó un análisis de la Comisión Nacional del Sistema de Ahorro para el Retiro (Consar).

En un estudio sobre los aciertos y errores del modelo chileno con el fin de obtener lecciones que se puedan aplicar al sistema nacional, el órgano regulador de las pensiones en México consideró urgente hacer modificaciones al sistema, en especial para incrementar el monto que recibirán los trabajadores al jubilarse, aun cuando la medida genere malestar en el corto plazo.

Los esfuerzos de Bachelet

El documento se dio a conocer este fin de semana, luego de que la presidenta de Chile, Michelle Bachelet, presentara al Congreso de su país una iniciativa de ley para incrementar en 5 por ciento la aportación de los empleadores al ahorro de los empleados, con lo cual la tasa de ahorro pasaría de 10 a 15 por ciento del salario.

La iniciativa de Bachelet se dio luego de meses de protestas callejeras en las que miles de chilenos se manifestaron en contra de las bajas pensiones que han comenzado a recibir, luego de que en 1981 el país se convirtiera en el primero de América Latina en pasar de un esquema de pensiones de reparto –en el que las contribuciones de los trabajadores en activo financian los pagos a los que pasaron a retiro– a otro de capitalización individual, en el que cada empleado debe ahorrar para financiar su ingreso futuro, como las Adminsitradoras de Fondos para el Retiro (Afore) de México.

En su análisis, la Consar recordó que 27 años después de haber sido creado, el sistema chileno tuvo su primera y única reforma en 2008, la cual introdujo mecanismos para garantizar una pensión mayor a la población.

No obstante, agregó que si bien las modificaciones realizadas en 2008 resultaron positivas, las críticas no han amainado, principalmente porque el monto de las pensiones que se pagan actualmente es muy bajo.

Lo anterior, explicó, debido a que hubo un aumento en la esperanza de vida (que obliga a tener más recursos para el retiro); que la tasa de aportación es baja (de 10 por ciento actualmente cuando el promedio para países integrantes de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) es de 19.6); al incremento real de los salarios (que genera entre los trabajadores la expectativa de recibir un ingreso similar al de su último sueldo al jubilarse) y a una baja densidad de cotización (el tiempo que el empleado, durante su vida laboral, cotiza al sistema de pensiones).

En el caso de México, destacó que la tasa de aportación es de apenas 6.5 por ciento y que todos los demás parámetros (como la densidad de cotización y las comisiones que cobran las administradoras) se encuentran por debajo de los que reporta Chile, lo que sugiere que las pensiones que empezarán a pagarse en 10 o 15 años en el país serán inferiores a las del país sudamericano.

Ante ello, señala que la OCDE calcula que el porcentaje del último sueldo que recibirán los trabajadores mexicanos al pensionarse (tasa de remplazo) será de 28.4 por ciento frente al 37.7 por ciento de los chilenos.

El análisis de la Consar partió de la afirmación de que no existe ningún sistema en el mundo que pague altas pensiones con reducidas tasas de contribución, bajos niveles de densidad de cotización o poca edad de retiro.

Posponer las decisiones necesarias para fortalecer los parámetros del sistema de pensiones conlleva un riesgo de generar descontento entre los ahorradores y crece el riesgo de politización del mismo, advirtió.