Aumenta la conectividad funcional de una de las zonas más importantes del cerebro, dice estudio
Investigación de la Universidad de las Islas Baleares demostró que conlleva estímulos sensoriales y motores que incrementan la actividad en la corteza auditiva, entre otras áreas
Miércoles 9 de agosto de 2017, p. 2
Madrid.
Investigadores de la Universidad de las Islas Baleares (UIB) descubrieron que tocar música aumenta la conectividad funcional de la ínsula con otras regiones cerebrales, generando así cambios en la organización de las redes neuronales.
Es que tocar un instrumento musical, como el piano o la guitarra, así como cantar de manera profesional, conlleva una serie de estímulos sensoriales y motores que generan un incremento de la actividad cerebral en áreas como la corteza auditiva, la corteza somatosensorial y la motora, todas ellas fundamentales para la percepción musical y la ejecución instrumental.
De hecho, un estudio anterior realizado en la Universidad de Tübingen, Alemania, en el que colaboró la doctora del grupo de investigación en Neurociencia Cognitivoafectiva y Sicología Clínica de la UIB, Anna Zamorano, demostró que los músicos profesionales tienen aumentada la percepción de la información corporal, técnicamente llamada interocepción, en comparación con personas sin ningún entrenamiento musical.
Además, otro estudio realizado por el grupo de la UIB encontró que los músicos también tienen aumentada la percepción a los estímulos dolorosos en comparación con la población en general.
Práctica continua
Ambos resultados sugieren, de manera indirecta, que las regiones del cerebro involucradas en la detección e integración sensorial podrían también experimentar cambios plásticos debido a la práctica continua con el instrumento musical.
Ahora, en un estudio publicado recientemente en la revista Human Brain Mapping y recogido por la plataforma Sinc, los investigadores de la UIB, en colaboración con los de las universidades Ramon Llull y de Aarhus (Dinamarca), exploran la organización de las redes neuronales de la ínsula, una de las regiones más importantes en la integración y la percepción sensorial.
Para ello, los expertos estudian la conectividad de esta región con otras áreas del cerebro mediante el uso de la resonancia magnética funcional, técnica de imagen que permite medir los cambios metabólicos que ocurren en el cerebro.
Además, compararon el cerebro de los músicos y de los no músicos, observando que los primeros tenían un incremento de la conectividad funcional de la ínsula con regiones relacionadas con la detección y el procesamiento de estímulos (corteza cingulada anterior), procesamiento de información y el control (cortex prefrontal), así como con el sistema de recompensa y procesamiento emocionales (corteza orbitofrontal).
Del mismo modo, los científicos descubrieron que los músicos con más experiencia tenían mayor conectividad con zonas del cerebro básicas para la práctica musical como, por ejemplo, las regiones del procesamiento sensitivo-motor (corteza motora y somatosensorial primaria), así como las del procesamiento auditivo y visual (corteza auditiva primaria y occipital).