e qué se trata, maestro?, dice Heriberto Norzagaray que le espetó Raúl Reynoso Nuño por teléfono y lo amenazó con hacer pública, con la pretensión de exhibirlo, una conversación en la que el conductor del programa Sopas –uno de los más vistos en la televisión en Mexicali, que se transmite por el canal 66 de cable– habla de la cantidad de dinero que está proponiendo al gobierno del estado para desplegar en Sopas su pauta publicitaria.

Norzagaray lo emplazó desde su programa matutino, el jueves pasado, a que la haga pública, es más, se lo exigió: Te voy a enfrentar como quieras. A mí no me amenazas.

El incidente entre el director de Comunicación Social del gobernador Francisco Vega y Norzagaray, del canal 66, propiedad del empresario Luis Arnoldo Cabada, podría convertirse en la redición de lo que vimos en 2015, cuando el gobierno del estado acusó en desplegados de prensa al periódico Frontera (propiedad de la familia Healy, de Sonora, que también tiene una cadena de medios impresos en Baja California) de extorsión, por pretender –dijeron– contratos millonarios a cambio de no hacer campañas en su contra.

Sin embargo, en este escenario hay otros actores. El canal 66 ha dado gran cobertura a las movilizaciones masivas realizadas este año en la capital del estado, primero contra el gasolinazo, después contra la privatización del agua y ahora en rechazo a la instalación de una planta cervecera. Mexicali es un hervidero social que ahora se manifiesta en las calles y mañana lo puede hacer en las urnas.

El dueño del canal 66 es hermano del presidente municipal de Ciudad Juárez, Armando Cabada, quien ganó la alcaldía el año pasado como candidato independiente.

Está en el ambiente que Arnoldo Cabada podría presentarse como candidato independiente a un puesto de elección popular, como su hermano, y en Baja California hay elecciones de gobernador y alcaldes en 2019. El jefe del Gobierno de la Ciudad de México, Miguel Ángel Mancera ha venido a Mexicali sólo para verse con el dueño del canal 66.