n poco más de una década el sexteto de Montreal Arcade Fire se ha ganado un lugar destacado en el orbe musical, primero en medio de la fiebre indie con su melancólico y a la vez alebrestado Funeral (2004), seguido por el regular Neon Bible (2007), para recuperarse con el bello y cálido The Suburbs (2010; Grammy a álbum del año) y después causar sorpresa con Reflektor (2013), más electrónico, producido por el genial neoyorquino James Murphy (LCD Soundsystem): aunque diferente a sus discos previos (más guitarrosos), sin duda un gran trabajo.

Rumbo a su quinto álbum, la expectativa fue alta, pero al ser publicado Everything Now (28 de julio pasado) reinó la desilusión entre sus fans y la crítica musical. No es que el disco sea malo; de hecho, la producción es notable, pero genera sentimientos encontrados.

Si algo ha erigido a Arcade Fire en objeto de culto generacional, es su lírica melancólica y llena de emoción, en busca del sentido de la existencia; su ironía respecto de lo real y lo efímero en un mundo saturado y tecnologizado, que convierte todo en mercancía. La banda aprendió a cruzar el pantano de la industria sin mancharse, y lo jugó muy bien, incluso con el mega-bailable Reflektor. Pero con Everything Now da la sensación de que el grupo fue engullido por el mismo brillo lucrativo que venía ridiculizando en sus letras, y aquí el estilo le ganó a la sustancia. La banda restó emoción y profundidad, y en su primera grabación para la trasnacional Sony, suena muy comercial, con coros más repetitivos de la cuenta, sin la creatividad de, sobre todo, sus dos discos previos; pareciera más una serie de lados B del último.

Su actual sonido no tendría inconveniente si fuera una banda nueva: se diría sólo que es un buen disco de pop. Pero el contraste con lo anterior hace sentir que bajaron un escalón en cuanto a búsqueda e imaginación. Hoy van a la segura con tonadas pegadizas y una suma de géneros electro-pop ya probados.

Pero más allá de unas letras que aquí ya suenan a fórmula, más que a corazón abatido, sónicamente el álbum resulta agradable: beats sabrosones, contundentes sintetizadores, guitarras rítmicas, voces épicas, y profuso sentimiento funky. Para ello, echaron mano en la producción Thomas Bangalter (la mitad de Daft Punk), Geoff Barrow (Portishead), Steve Mackey (Pulp) y Markus Dravs, quien ayudó a dar harto groove a Reflektor. Engolosinados con la pista de baile, la canción que nombra al disco y Put your Money on Me, recuerdan a Abba; en Signs of life no olvidan a LCD Soundsystem; bastante disfrutables son Creature Comfort y Electric Blue; propuestas antes no exploradas: el dub denso de Peter Pan, y el retumbo big-band en Chemistry.

Con todo, aunque radiante y gozoso, el disco se siente hecho más con prisa mercantil que con la pasión de quien busca aportar algo nuevo, una vez instalados los canadienses bajo el alto reflector. Si bien no los hemos perdido del todo, aún es posible esperar más de esta entidad encabezada por Win Butler y su esposa Régine Chassagne. Eso sí: ni este bajón limitará la fiebre de sus fans mexicanos, cuando el grupo regrese a México a actuar en diciembre (fecha y foro aún por definir), tal como Butler anunció en junio en su cuenta de Twitter http://bit.ly/2wbeP83.

Renee Mooi, Los Headaches, Son Jarocho, Johnny Nasty Boots, noche surf, Falsa Fortuna

Viernes 4. 1. Estridencia garage-punk con Los Headaches y The Bunyans. Imperial (Álvaro Obregón 293, Condesa). 22 horas, $100.

Sábado 5. 1. Johnny Nasty Boots, gran banda novel de stoner rock, presenta disco homónimo en Casa del Lago (segunda sección del Bosque de Chapultepec). 14 horas, entrada libre. 2. La voz apasionada de Renee Mooi en vivo. Invitados: Marcol y El Lázaro. Imperial (dirección citada); 22 horas, $100. 3. Noche ultra-surf con Los Magníficos, Sr Bikini, Los Ruido, Terror Waves y Los Intrusos. Alicia (Cuauhtémoc 91-A, Roma). 20 horas, $70.

Domingo 6. Tarde guapa de son jarocho: Mono Blanco y Los Cojolites en Hilvana (Puente de Alvarado 17, Buenavista). 15 horas, $150 en boletia: http://bit.ly/2vwSMvD.

Miércoles 9. Pancho Varona, coautor musical de muchos de los éxitos del vate español Joaquín Sabina, viene en gira solitaria a cantar dichos temas y contar cómo compuso cada uno. Voilá (Ejército Nacional 843-B, Polanco). 21 horas, $547 a $778 (Ticketmaster). Otras fechas en el país: 4 de agosto, San Luis Potosí; 5, Monterrey; 10, León; 11, Guadalajara; 12, Celaya, y 19, Tijuana.

Jueves 10. 1. El pop enamorado, siempre atronador y efectivo, de La Gusana Ciega, en Foro Indie Rocks! (Zacatecas 39, Roma). 21 horas, $500 en e-ticket http://bit.ly/2uoMDwr 2. Rock-pop despeinado, de reciente camada, con el cuarteto femenino Falsa Fortuna; también: 7 Cilindros y Salar. Caradura (Nuevo León 73, Condesa). 21 horas, entrada libre. (Más conciertos).

Twitter: patipenaloza