Morena en la Asamblea Legislativa advirtió que la remoción del delegado de Tláhuac, Rigoberto Salgado, a partir de acusaciones de oídas, no resolverá el problema de inseguridad en la demarcación y convertiría al órgano legislativo en instrumento del crimen organizado al distraer la atención de lo que es más importante, facilitando su reconfiguración.

El diputado Alfonso Suárez del Real llamó a las demás fuerzas políticas a reflexionar si en este momento es prioridad un proceso de linchamiento político o la estabilidad y la seguridad de la delegación, no sólo en el sentido de la presencia de la policía, sino de fortalecer un gobierno legal y legítimamente electo.

Si se va a proceder a la remoción, señaló en entrevista, debe ser por causas debidamente probadas y discrepó del plazo referido por el perredista Iván Texta Solís, quien aseguró que a más tardar el 22 de agosto el pleno estaría votando la remoción.

Refirió que la ley que estipula el procedimiento de remoción de los servidores públicos señala que la solicitud debe estar debidamente fundada y motivada, y aclaró que Texta aseguró en la comparecencia de Salgado que el comisionado nacional de Seguridad, Renato Sales Heredia, anunció el inicio de una investigación sobre el vínculo del delegado con el llamado cártel de Tláhuac, lo cual es falso.

Explicó que la citada ley establece plazos, nuevamente la comparecencia del delegado dentro del desahogo de pruebas, antes de que el pleno se constituya en Jurado de Sentencia para resolver en definitiva el dictamen.

Suárez del Real advirtió además que el operativo en Tláhuac al que asistió ayer el jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera, enfatiza la carga política al caso y su obligación es sentarse con los 16 delegados, con todos los partidos y autoridades para recomponer la seguridad en la ciudad.