El maratonista mexicano Ricardo Ramos no parte al Mundial de Atletismo de Londres con expectativas ingenuas. Ante todo –asegura– es objetivo y tiene claro qué pretende de su participación en la prueba.

Antes de cualquier juicio fácil en su contra –por aclarar que es consciente que el podio está muy lejos de alcanzar en esta prueba–, Ramos recuerda que para un atleta, sobre todo cuando se viene de una lesión como la que sufrió en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016, es necesario conocer su condición al medirse contra los mejores.

Competir es dar lo mejor de mí, tratar de mejorar mi propia marca, buscar mis metas personales pero con la convicción de que siempre puedo conseguir más de lo que me propongo, dice antes de partir a Londres; así no llevo presión de tener la obligación de ganar medallas. Todos queremos ser los número uno, pero para lograrlo necesitamos tiempo de trabajo y preparación.

En días recientes, Ramos aclaró que viajar a una competencia con esta perspectiva no significa ir a pasearse, pues un atleta necesita de estar en constante prueba ante los mejores.

Hay que ser realistas, pero si tengo oportunidad de pelear por un podio, hay que buscarlo. Querer algo no te da una medalla, dice Ramos; “cuando suena el disparo de salida todos tenemos las mismas posibilidades de ganar o fracasar, los rankings se ponen en cero de nuevo, nadie es más. Lo único que sirve en ese momento es la mentalidad de lucha.

Voy a hacer lo mejor de mí, sin miedo. Primero muerto que llegar último.

Por otra parte, el Mundial de Londres no contará con Rusia, que ya estuvo ausente de Río 2016, por suspensión tras el escándalo de una trama de dopaje en la que participó el propio Estado. Debido a ello, sólo 19 atletas rusos han recibido la autorización de participar con bandera neutral.

Este mismo miércoles, la Federación de Atletismo anunció la suspensión por dos años de otros seis atletas que han dado positivo, entre ellos la subcampeona europea de 3 mil metros con obstáculos Lyubov Kharmalova.