Crecimiento y subdesarollo en México
ara los sectores más necesitados de la población está muy claro que crecimiento y desarrollo social no es lo mismo. Sólo los políticos hacen una equivalencia en sus discursos entre el crecimiento del PIB y el desarrollo de la comunidad.
El crecimiento económico significa producir más que en el pasado; en cambio, desarrollo significa que la población, sobre todo la de menores recursos, viva cada vez mejor.
Generalmente, el país crece menos de 3 por ciento año tras año. En cambio, el desarrollo muestra un estancamiento e incluso un retroceso, lo cual se puede mostrar por la concentración de los recursos, donde 10 por ciento de la población más rica concentra cerca de la mitad de los recursos del país y, en contraste, la más pobre apenas recibe uno o dos por ciento de la producción nacional.
Para ser más concretos, veamos el caso de las personas que tienen acceso a los servicios financieros en México. De acuerdo con la octava edición del estudio anual de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores, en coordinación con el Consejo Nacional de Inclusión Financiera, en 28 por ciento de municipios de México no existen instituciones financieras, lo cual significa que su población no cuenta con sucursales bancarias, cajeros automáticos o terminales punto de venta.
De acuerdo con el estudio mencionado, con información de 2016 y que se publicó en junio de 2017, nuestro país cuenta con 16 mil 546 sucursales bancarias, 38 mil 285 corresponsales bancarios (en donde destaca Oxxo), 47 mil 743 cajeros automáticos y 893 mil 244 terminales punto de venta. Esta infraestructura es insuficiente y además se encuentra concentrada en las ciudades grandes y medianas.
En consecuencia, sólo 30 millones de personas adultas (39.5 por ciento del total) tienen acceso a sucursales bancarias, 33 millones (43 por ciento) a cajeros automáticos y sólo 26 millones de personas (34.4 por ciento) a corresponsales. Estos datos no son acumulativos, por lo que menos de la mitad de la población adulta de México tiene acceso a servicios financieros regulados, lo cual nos habla de un gran rezago en el acceso de la población a todo tipo de servicios financieros.
La llamada coloquialmente bancarización de los mexicanos es muy baja y, sin duda, reflejo de la pobreza de más de la mitad de la población.