De pisa y corre y desde arriba
aja California recibe este lunes al presidente Enrique Peña Nieto. Visita de doctor, según la agenda dada a conocer, pues sólo estará poco más de dos horas
en el estado, donde se han cometido mil 12 homicidios en el primer semestre.
La entidad ocupa el tercer lugar nacional en ejecuciones, 70 por ciento perpetradas en Tijuana. El Presidente visitará Mexicali, donde se encontrará con un movimiento social que se opone a la instalación de una planta cervecera de Constellation Brands e instaló un plantón en la carretera Mexicali-San Felipe.
El mandatario irá a San Felipe en helicóptero, así que quizá sólo pueda verlos desde el aire. Inaugurará el canal agrícola 27 de Enero en el Valle de Mexicali –que sustituye varios dañados por un sismo de 7.2 grados en 2010– y un tramo carretero que enlaza la vía que corre paralela al Alto Golfo de California con la Transpeninsular, que corre al lado del Pacífico.
El Partido Acción Nacional ha capitalizado políticamente las medidas que se toman en el centro del país, de las cuales los ciudadanos fronterizos se sienten víctimas (entre ellas el aumento al impuesto al valor agregado); sin embargo, el tema del agua se le ha complicado.
El gobierno del panista Francisco Vega, vinculado con capitales privados –mediante alianzas estratégicas de proyectos de inversión entre gobierno y particulares– está construyendo cinco plantas desaladoras en el estado con el argumento de que en la Península no hay agua. Así consiguió que el Congreso le autorizará endeudar al estado por los próximos 30 años. Sin embargo, al mismo tiempo autorizó la instalación de una planta cervecera estadunidense que consumirá millones de litros de agua anualmente.
Entonces los ciudadanos (que pagarán la deuda con sus impuestos) se preguntan: ¿hay o no agua en Baja California?