El Fondo Monetario Internacional (FMI) sostuvo que el crecimiento económico mundial en 2017 será de 3.5 por ciento, y previó para 2018 un aumento de 3.6 por ciento. En el caso México, el organismo internacional aumentó las previsiones de crecimiento de 1.7 a 1.9 por ciento debido a la fortaleza de la actividad económica en el primer trimestre del año, mientras para el resto de latinoamérica son a la baja, con más deterioro en Venezuela.

Entre los riesgos observados por el FMI para el crecimiento mundial figura la normalización de la política monetaria en Estados Unidos, lo que podría tensar las relaciones financieras internacionales más rápido de lo previsto.

Otros riesgos observados por el fondo son las políticas aislacionistas. El fracaso de los intentos por aumentar el crecimiento potencial y lograr que el crecimiento sea más inclusivo podría alimentar el proteccionismo y obstaculizar las reformas favorables a los mercados. Esa postura podría trastocar las cadenas internacionales de suministro, reducir la productividad mundial y encarecer los bienes de consumo transables, lo que perjudicaría en forma desproporcionada a los hogares de bajo ingreso.

Entre los factoresde riesgo no económicos, señaló las crecientes tensiones geopolíticas, las desavenencias políticas nacionales y los efectos de la falta de gobernanza y la corrupción que podrían lastrar la actividad económica.

En la edición de julio del documento Perspectivas de la economía mundial al día (WEO), el FMI acotó que si bien las tasas de crecimiento global para el año en curso y el próximo son superiores a 3.2 por ciento de 2016, todavía son niveles anteriores a los de la crisis para economías avanzadas y emergentes exportadoras de materias primas.

Detalló que la previsión de crecimiento de Estados Unidos ha sido revisado a la baja, de 2.3 a 2.1 por ciento en 2017, y de 2.5 a 2.1 en 2018, dado el débil crecimiento que tuvo en el primer trimestre de 2017, pero sobre todo porque la política fiscal no será tan expansiva como se había pensado.