Develan al público su historia como testigo de la transformación del país
Posee valiosas obras de arte y un archivo que articulan una exposición en el histórico recinto
Miércoles 19 de julio de 2017, p. 8
En la época virreinal niñas huérfanas y mujeres viudas encontraron resguardo en el Colegio de San Ignacio de Loyola Vizcaínas, entre los muros barrocos de un amplio edificio que ocupa una manzana en el Centro Histórico de Ciudad de México.
Para celebrar 250 años ininterrumpidos de vocación educativa, el recinto abre sus portones al público con la finalidad de dar a conocer más de lo que resguarda su historia como testigo de la transformación del país.
Hace unos días se anunció un programa de actividades que incluye una exposición fotográfica, la publicación de dos libros, visitas nocturnas, conciertos y un congreso gastronómico. Además, se implementa un programa de integración social para vincular al colegio con la comunidad aledaña.
Fundado por vascos residentes en la Nueva España, el colegio surgió con la misión de resguardar a la mujer novohispana y a lo largo de los siglos se fue adecuando a los tiempos. Por ejemplo, desde los años 60 del siglo pasado es un colegio mixto. Hoy funciona como escuela privada, con unos 700 alumnos, la mitad son becarios.
En conferencia de prensa, Dolores Beistegui, presidenta del patronato de las Vizcaínas, informó que los festejos se iniciaron el pasado abril con un concierto de la Orquesta Esperanza Azteca de Tepito, de la que varios niños también son alumnos en ese colegio. La presentación sólo fue para profesores, estudiantes y padres de los estudiantes.
El resto de las actividades permitirán el acceso del público, pues de otra forma sólo se puede conocer ese sitio virreinal con previa cita o en los actos sociales para los que se alquila el inmueble.
Un museo, con obras virreinales y religiosas ofrece al visitante la historia de los fundadores, de una tradición de autonomía de la Iglesia católica y de los gobiernos civiles, así como de las ideas educativas que fundamentaron la labor desarrollada desde su apertura en 1767.
Obras de arte, documentos y objetos únicos muestran el traanscurso de los siglos, entre mobiliario de época o bordados de las alumnas con sus propios cabellos entre las salas. Las visitas al museo ya son parte de sus actividades cotidianas, con patios coloniales, fachadas de tezontle y su capilla de retablo dorado.
En septiembre se presentarán los dos libros conmemorativos que profundiza en este pasado. El primero, titulado Vizcaínas: 250 años de vida en un colegio a prueba del tiempo, explora la labor educativa en voz de varios académicos, quienes se adentran en aspectos como el pensamiento ilustrado de los fundadores, el papel de la música en la enseñanza y la vida cotidiana durante un cuarto de milenio.
El segundo está dirigido a niños y jóvenes con la finalidad de conocer los momentos más importantes de la escuela y del devenir nacional. Aparecerá con el título Vizcaínas: un colegio con historia.
En el importante archivo que posee, figura un acervo de casi mil fotografías de los siglos XIX y XX. Esta colección de la memoria de ese recinto articula la exposición Recuadro de nuestro colegio: antología de miradas del Colegio de las Vizcaínas, con curaduría de Cristina Kahlo y Berenice Pardo.
Del 8 al 10 de diciembre se efectuará el foro Oficios culinarios, donde se reunirán exponentes de las gastronomías nacional e internacional; habrá conferencias magistrales, talleres y salones de degustación, así como venta de productos mexicanos y españoles.