l presidente de la Comisión de Educación del Senado de la República, Juan Carlos Romero Hicks, resumió así la reunión celebrada el martes pasado en la que participaron activamente estudiantes de posgrado de distintas instituciones de investigación en México: Por primera ocasión en la historia de este país, se ha abierto la posibilidad de un diálogo interactivo entre lo que piensan las autoridades académicas, gubernamentales y los alumnos; se ha creado un espacio republicano en el que la deliberación ha sido libre, plural y hemos encontrado en momentos crítica propositiva y comprometida
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Desde el pasado abril, cuando el tema de las becas de posgrado y las protestas de los estudiantes estaban en uno de sus niveles más álgidos, grupos de alumnos de maestría y doctorado se acercaron a los legisladores para darles a conocer sus demandas. La Comisión de Educación del Senado y las de Ciencia y Tecnología tanto del Senado como de la Cámara de Diputados, junto con el Instituto Belisario Domínguez de la Cámara Alta, acordaron con los alumnos organizar un conversatorio
(término muy empleado en algunos países de Sudamérica que de acuerdo con la Real Academia Española en nuestro país significa simplemente: reunión concertada para tratar un tema), el cual finalmente se realizó el 11 de julio con el título El otro lado de la moneda: desafíos del Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación desde la mirada de los estudiantes de posgrado
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Fue una reunión muy interesante, pues después de las protestas estudiantiles de abril, que incluyeron movilizaciones en oficinas gubernamentales y culminaron con su participación masiva, al lado de investigadores, en la Marcha Mundial por la Ciencia, había quedado en el aire la sensación de que había cosas pendientes. Por esta razón, fue muy importante ver al director general del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), así como a legisladores, científicos y empresarios, sentados junto a estudiantes del Instituto Tecnológico de Ciudad Madero, el Instituto Politécnico Nacional, las universidades Nacional Autónoma de México y Autónoma Metropolitana y el Centro de Investigación y de Estudios Avanzados, entre otras instituciones, en un diálogo cara a cara.
Los estudiantes insistieron en esa reunión en sus demandas anteriores, como la asignación de becas para todos los alumnos inscritos en los Programas de Posgrado de Calidad y que las asignaciones se calculen con base en el salario mínimo y no en las actuales unidades de medida y actualización, y dieron a conocer las dificultades de los estudiantes de posgrado para realizar sus tareas y alcanzar, para ellos y sus familias, una vida digna. También se refirieron a la escasa infraestructura científica del país que obliga a muchos de los que concluyen su formación a migrar al extranjero. Coincidieron con la mayoría de los participantes, en la necesidad de incrementar el presupuesto para la ciencia en México. Además de los temas anteriores, los estudiantes de posgrado abordaron, a través de algunos de sus representantes, otros tópicos que revelan algunas de las preocupaciones actuales de los jóvenes del país, como el descuido hacia la educación del gobierno, el caso de los 43 estudiantes normalitas desaparecidos y hasta el espionaje telefónico, lo que muestra que en esa reunión pudieron expresarse con plena libertad.
En este conversatorio hubo participaciones muy importantes de científicos, rectores de universidades y legisladores que por razones de espacio no puedo abordar aquí, pero entre ellas es importante destacar –por tener la relación más directa con los estudiantes de posgrado– la del doctor Enrique Cabrero, director general del Conacyt, quien señaló que el sector va a demandar cada vez más talentos jóvenes, y para que México pueda insertarse en el mundo global vamos a requerir muchos jóvenes científicos talentosos
. Aseguró que ha habido un incremento en el número de becas, pues se pasó de 46 mil 800 a 63 mil en los pasados cuatro años, aunque consideró que es necesario pensar en opciones complementarias para la generación de becas.
Como ya he señalado en este espacio (La Jornada, 28/03/17) la crisis de las becas tuvo su origen este año en los continuos ajustes en el presupuesto para ciencia, tecnología e innovación, en particular el recorte al gasto del Conacyt que impactó no solamente a las becas de posgrado, sino a gran parte de las actividades financiadas por este organismo. De aquí la relevancia de esta reunión, porque otros funcionarios y los propios legisladores han atestiguado uno de los efectos adversos de estos ajustes sobre personas de carne y hueso, que por si fuera poco representan el futuro de nuestro país en este sector. Por eso me parece muy importante el compromiso expresado en este acto por el diputado Bernardo Antelo Asper, secretario de la Comisión de Ciencia y Tecnología de la Cámara de Diputados, quien afirmó que en el presupuesto de 2018 apoyarán mucho al Conacyt. Esperemos que ahora sí, así sea.