Buenos Aires.

En 2010 las personas con cáncer de pulmón tenían una probabilidad de sobrevida de nueve meses. Ahora que se han identificado mutaciones genéticas y existen tratamientos específicos, 30 por ciento de los pacientes pueden aspirar a vivir cuatro años en buenas condiciones, afirmó Jorge Alatorre, coordinador de la Clínica de Oncología Torácica del Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias (INER).

Para el resto de afectados empiezan a estar disponibles las inmunoterapias, las cuales a 18 meses de seguimiento han demostrado eficacia. Apenas en mayo la Administración de Alimentos y Medicinas de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés), aprobó uno de estos productos innovadores en combinación con la quimioterapia tradicional, como primera línea de tratamiento para recién diagnosticados. Se trata, dijo, de un avance notable, porque el acceso a esas terapias modifica el curso de la enfermedad y potencialmente curarla o, por lo menos, convertirse en un mal crónico.

Alatorre participó en el seminario sobre salud organizado por el laboratorio farmacéutico Roche en esta ciudad y aseguró que el cáncer de pulmón es uno de los más letales: cada año se reporta casi el mismo número de nuevos casos (1.8 millones, según datos de 2012) que de defunciones (1.6 millones).

A la vez, es la neoplasia para la cual se han logrado mayores avances en el desarrollo de formulaciones para controlarlo. Recordó que hace siete años existían 10 medicamentos y en la actualidad ya son 24. Además, hay otras 10 moléculas en evaluación en la FDA.

A escala global, este tumor está asociado al tabaquismo. Sin embargo, la causa principal entre los pacientes del INER es la exposición al humo de leña y en 40 por ciento de los tumores (tipo adenocarcinoma) está presente la mutación EGFR 2. Resaltó que se trata de personas de bajos recursos económicos sin acceso a las instituciones de seguridad social.

Por los estudios clínicos efectuados en diferentes países ahora se sabe que la expectativa de vida mejora sensiblemente si los afectados son tratados con anticuerpos monoclonales, en lugar de que sólo les apliquen las quimioterapias tradicionales.

El tratamiento se determina con un estudio genómico que identifica la mutación. Ese debería ser el procedimiento para los afectados en todas las instituciones del sector salud, pero en la mayoría de los hospitales la única alternativa disponible es la quimioterapia, señaló. En el INER sí se realiza la prueba genómica.

Respecto de la inmunoterapia, Alatorre comentó que se trata de una nueva etapa de la investigación científica en la que se han encontrado marcadores moleculares (PDL1 es uno de ellos) que bloquean la respuesta del sistema de defensas del organismo contra algunos tipos de cáncer, entre ellos el de pulmón.

Para algunos de esos marcadores ya existen tratamientos que los contrarrestan, lo cual a su vez favorece el funcionamiento del sistema inmune (de defensas) en contra de la neoplasia.