Caracas.

Un grupo de simpatizantes del gobierno venezolano tomó por la fuerza este miércoles la Asamblea Nacional y atacaron con tubos y objetos contundentes a congresistas y empleados de la sede legislativa, lo que dejó un saldo de, al menos, 12 heridos, entre ellos cinco diputados, hecho que fue condenado por el presidente Nicolás Maduro, quien pidió justicia, paz y concordia.

Por la mañana unos 200 manifestantes, que desde temprano protestaban en varios puntos del centro de Caracas, ingresaron a los patios del Congreso luego de que el jefe del destacamento de la guardia nacional les permitió la entrada, acusaron los diputados.

El grupo se dirigió a la entrada de la sala protocolar y enfrentó a varios diputados opositores y empleados del Congreso. Algunos manifestantes con los rostros cubiertos sacaron pistolas e hicieron disparos al aire mientras otros lanzaban gases lacrimógenos y fuegos artificiales en el patio.

Julio Borges, presidente de la Asamblea Nacional, explicó que cinco diputados resultaron heridos: Armando Armas, Américo de Grazia, Nora Bracho, Luis Carlos Padilla y Leonardo Regnault, además de siete trabajadores en un episodio de vergüenza e infamia.

Un gobierno que hace esto con su Parlamento es un gobierno débil, un gobierno caído, un gobierno cobarde, afirmó Borges, quien al dirigirse a Maduro aseveró: no se equivoque... representamos al pueblo venezolano y haremos valer sus derechos.

Tras los hechos violentos, los manifestantes tomaron los alrededores del Congreso e impidieron por varias horas a los diputados, empleados y periodistas salir del lugar. Borges dijo que más de 350 personas quedaron secuestradas.

Oswaldo Rivero, conductor de un programa de la televisora estatal e integrante de un grupo pro oficialista, asumió la responsabilidad por la toma de los alrededores del Congreso y dijo en un video en Twitter que la acción forma parte de una protesta en contra de quienes nos han escondido la comida, los que están haciendo actos terroristas, los que están saqueando y quemando.

Antes de la incursión en el Legislativo, el vicepresidente Tareck El Aissami encabezó un sorpresivo acto en el hemiciclo junto con el ministro de Defensa, Vladimir Padrino López, miembros del gabinete y partidarios chavistas, para conmemorar la independencia de Venezuela.

El Aissaimi había llamado a los excluidos por el modelo capitalista y por esta clase política apátrida a acudir al Parlamento a refrendar su compromiso con la revolución.

Los incidentes ocurrieron mientras Maduro participaba del desfile militar para conmemorar el aniversario de la independencia, luego de lo cual condenó: No acepto violencia de nadie.

Han ocurrido hechos extraños en la Asamblea... riñas y violencia. Yo condeno esos hechos, no seré cómplice... he ordenado una investigación para que se haga justicia. No acepto violencia de nadie, que se investigue y se diga la verdad, alegó.

El defensor del pueblo, Tarek William Saab, también rechazó la actuación violenta contra los diputados; en un tuit pidió a las autoridades competentes abrir una investigación y adelantó que su despacho participará en la pesquisa a fin de esclarecer los hechos y determinar la responsabilidad de los culpables para ser sancionados.

La violencia se produjo horas después de que el inspector de la policía judicial Óscar Pérez, quien piloteó el helicóptero que en junio atacó dos edificios públicos, difundió en redes sociales un video en el que anunció la segunda fase de su plan contra el gobierno de Maduro.

España, Colombia y Panamá, además de los miembros del Mercosur, repudiaron el ataque que sufrieron los legisladores y personal del Congreso.

México expresó su más enérgica condena a los graves hechos ocurridos en la Asamblea Nacional de Venezuela, donde grupos organizados irrumpieron de manera violenta, hiriendo a legisladores y generando destrucción, dijo la cancillería.

La administración de Enrique Peña Nieto se solidarizó con los miembros de la asamblea, cuya investidura debe respetarse en todo momento.

Esta violencia, perpetrada durante la celebración del Día de la Independencia de Venezuela, es un ataque a los principios democráticos, a los hombres y mujeres que lucharon por la libertad del país hace 206 años, sostuvo a su vez la portavoz del Departamento de Estado de Estados Unidos, Heather Nauert.

Ya en calma, la Asamblea Nacional aprobó la realización de una consulta popular para ratificar o rechazar la Constituyente convocada por Maduro para reformar la Carta Magna.