Dos terceras partes de los estados del país tienen brotes de violencia. Visto de otra manera, sólo 11 pudieron reducir ligeramente el homicidio doloso, indicador sustancial para determinar la contención o el disparo de la inseguridad y la violencia.

El más reciente corte estadístico del Sistema Nacional de Seguridad Pública (de mayo pasado) muestra subidas en 20 entidades (sólo Coahuila permaneció igual), así como otras que alcanzaron picos máximos de 2014 a la fecha, en cuanto a conteo de víctimas de homicidios dolosos, la mayoría cometidos con arma de fuego.

A escala nacional, como se informó la semana pasada, en mayo hubo 2 mil 452 asesinatos intencionales, consignados en 2 mil 186 carpetas, cifra récord desde 1997.

Entre los casos más graves, de retorno a meses más severos del último bienio, están Tamaulipas y Baja California.

Baja California pasó de 156 víctimas de homicidio doloso en abril a 197 en mayo; Baja California Sur repuntó de nuevo, de 11 a 36 en el mismo bimestre. Aquí el incremento es mayor y vuelve a los niveles críticos del año pasado, si se considera el tamaño de la población (637 mil habitantes).

Lo mismo ocurrió en Colima, donde después de haber contenido el problema en abril, de nuevo se disparó el crimen (de 37 a 61 víctimas) para una población de 700 mil habitantes.

Caso similar sucedió en Chihuahua (pasó de 120 a 158 homicidios en el lapso referido); mientras que la Ciudad de México subió al piso de 112 víctimas de asesinatos dolosos en un solo mes. Ese rango es de los dos más altos en el último bimestre (el otro ocurrió en diciembre del año pasado, con 117 muertes de ese tipo).

También hay brotes de nuevos picos de violencia en Guerrero, que de nuevo sobrepasó la línea de 200 crímenes mensuales, al quedar en 216 en mayo, en un ámbito similar a la crisis de 2015 y 2016.

Igualmente arriba de los 200 homicidios mensuales está el estado de México, al tiempo que se registraron subidas de igual porcentaje, de acuerdo con el número de habitantes, en Nuevo León, Puebla y Tabasco.

Se agrega a los estados con mayor repunte San Luis Potosí, que llega de nuevo a la problemática del año pasado.

Una constante, como las entidades más violentas de México, la tiene Sinaloa (en abril 148 asesinatos, la mayoría con arma de fuego, y en mayo 184); superior incluso a las cifras de 2016, 2015 y 2014, cuando se inició el conteo no sólo de averiguaciones previas sino de número de víctimas.

Resalta el estado de Tamaulipas, al pasar de 57 a 102 víctimas en el bimestre en mención. Esta entidad había permanecido desde febrero de 2015 –salvo julio del año pasado– con menos de cien víctimas mensuales de este delito.

Se recrudeció igualmente la situación en Veracruz, de por sí con altos índices, al pasar de 145 a 153 homicidios, nivel ciertamente bajo si se compara con los 229 de agosto pasado.

En tanto, si bien en algunos casos los estados más pacíficos preservan tasas bajas, muestran movimientos atípicos, como Aguascalientes, que tuvo en mayo pasado 10 homicidios, pero en febrero sólo registró dos.

Lo mismo ocurrió en Nayarit, al pasar de siete a 10, y Quintana Roo, de 24 a 26 (el año pasado su clímax de violencia fue de 23 homicidios en un mes).

Las únicas entidades que lograron reducir levemente el conteo en mayo, respecto de abril, fueron Campeche, Guanajuato (pero aún se encuentra en nivel alto, 120 crímenes en un mes), Michoacán, Morelos, Oaxaca, Querétaro, Sonora, Tabasco, Tlaxcala, Yucatán y Zacatecas.