En la elaboración de los libros de texto gratuito no podemos permitir que los tiempos políticos les ganen a los tiempos académicos, advirtieron especialistas del sector, quienes agregaron que los nuevos materiales pedagógicos deben ser piloteados por un lapso largo antes de ser distribuidos en las aulas del país.

El libro de texto gratuito sigue siendo muy importante en México, aseguró Lorenza Villa Lever, profesora del Instituto de Investigaciones Sociales (IIS) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), porque llega a todos los niños de México, independientemente de su posición social o tipo de escuela en la que estudien, y porque en muchas regiones son los únicos textos que hay en las casas y los centros escolares. Se han convertido en un derecho y debemos cuidarlos.

Luego de que el secretario de Educación Pública, Aurelio Nuño Mayer, anunció que una vez que dé a conocer los nuevos programas de estudio hará pública la integración de los equipos de especialistas que elaborarán los nuevos textos para educación básica, que por ley deben estar en las aulas en agosto de 2018, los expertos alertaron sobre los riesgos de que se prioricen los tiempos políticos antes que los pedagógicos.

Villa Lever, experta en políticas educativas y autora del libro Cincuenta años de la Comisión Nacional de Libros de Texto Gratuitos: cambios y permanencias en la educación mexicana, señaló que debido a la complejidad técnica que implica renovar esas obras es necesario darles el tiempo que requieren para que sean libros bien cuidados y con la calidad requerida, por lo que consideró que la Secretaría de Educación Pública (SEP) debe dar a conocer una ruta crítica para su elaboración.

Recordó que en años recientes por hacerlos muy rápidamente se distribuyeron cuando todavía tenían muchos problemas editoriales, de contenido y concepción pedagógica y conceptual. No es posible que esto suceda y no hay que permitirlo. Debemos dejar que el proyecto madure, porque se está hablando de la educación de los niños y adolescentes de México.

Un elemento central, subrayó, es saber si se cuenta con los expertos necesarios para emprender un proyecto tan ambicioso como renovarlos. Destacó que en estos equipos deben intervenir no sólo especialistas de cada disciplina, sino pedagogos, diseñadores, ilustradores, pero no es fácil encontrar a estos especialistas en cada materia y por nivel educativo.

En entrevista por separado, Manuel Gil Antón, experto en temas educativos y profesor de El Colegio de México, consideró que en el periodo definido por la SEP para elaborar los nuevos materiales de ninguna manera se pueden hacer con la calidad debida. Y considerando el plazo que proponen para su elaboración, una de dos: o los programas ya existen y se los pasaron a las editoriales para que hagan los libros, o todavía no existen y las editoriales van a tener que contratar a personas, no por su capacidad, sino por su velocidad en improvisar un libro, lo cual hace que tengamos un horizonte muy negro en términos de elementos educativos.

Hasta ahora, alertó, no hay planes ni programas de estudio del nuevo modelo educativo, que de nuevo no tiene nada, de modelo tampoco y de educativo, menos. Lo lógico sería que no pueda haber libros de texto; si no los hay, para cumplir se van a improvisar, y ya hemos tenido libros de texto repletos de faltas de ortografía y de fallas en el contenido”.

Consideró que van a ser elaborados con prisa política, y no van a estar hechos con el suficiente tiempo, para una cuestión que es vital: los libros de texto deben ser piloteados, es decir, se deben poner a prueba, así como consultar a los profesores para su elaboración.

Ángel Díaz Barriga, del Instituto de Investigaciones sobre la Universidad y la Educación (IISUE) de la UNAM, señaló que en la SEP y en el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE) prevalece una visión muy mecanicista de los procesos educativos, y subrayó que una reforma es un proceso, no una cosa, y pareciera que lo que se busca con ella es que las personas tengan capacidades para resolver exámenes y no para desarrollar un pensamiento propio.

Destacó que si ya tenemos libros de texto podemos mejorarlos, porque se trata de materiales esenciales para muchos sectores sociales y debemos cuidar su contenido, pero advirtió que también hay una clase política que está privilegiando sus metas sexenales y sólo quiere ver por sus intereses.