Desde su aparición en los escenarios, hace 30 años, la premisa del grupo de rock mexicano Caifanes ha sido no rendir tributo a nadie.

Ese es el resultado de que permanezcan canciones tan memorables y nos sentimos muy bien de cómo logramos eso, expresa a La Jornada el tecladista y compositor Diego Herrera, quien habla sobre el concierto de mañana en Ecatepec, como parte de la gira que celebra tres décadas de existencia de la banda y sus emblemáticas rolas, como La célula que explota, Maténme porque me muero, Detrás de ti o Los dioses ocultos.

En Ecatepec hemos tocado infinidad de veces. Es una plaza muy importante para nosotros, además de que el estado de México es superrocanrolero. El público escuchará las canciones ya clásicas más otras que estaban en el baúl, durante un repaso de la historia de la banda, que Herrera integra junto con Saúl Hernández, Alfonso André y Sabo Romo.

Además, agrega, “no somos una banda de mucha pirotecnia ni de bailarinas; haremos un recorrido por la historia de Caifanes. También celebramos 25 años de El silencio y El diablito”.

El también productor y director artístico expresa: Sin duda, Caifanes es el proyecto de mi vida y lo que se ha logrado es alucinante, pese a que estuvimos 15 años separados.

Ahora, agrega Herrera, buscamos hacer cosas nuevas y tenemos algún material grabado, pero todavía nada nuevo.

Adelanta que Caifanes podría realizar nuevos arreglos a sus éxitos aunque tampoco tenemos un disco en vivo ni en acústico y por eso pensamos que hay camino para rato. También nos da curiosidad crear nuevas rolas. Será todo un reto ver hacia dónde podemos caminar.

Herrera asegura que la banda está sonando muy bien en vivo, lo cual se comprueba con la energía que sus seguidores muestran en los conciertos.

Hay una retroalimentación muy fuerte entre el público y el grupo, porque el poder de la música salta a la cabeza, pega directo al corazón y se crea esta unidad que tanta falta hace en México y en el mundo.

En los conciertos, no importa si eres gordo, flaco, amarillo o negro, todos vamos por el mismo camino, porque la música es el arma que tumba barreras.

El apoyo del público es lo más importante

Lo más importante, subraya, es el apoyo del público y juro que estamos superagradecidos, porque la mitad del espectáculo la hacen los seguidores con su entrega; el grupo, al sentir eso, espejea y manda de regreso la energía, lo cual se refleja sobre el escenario y por todos lados.

Respecto del poder de la música, Herrera dice: Tenía un maestro que decía que ésta es el mejor vehículo para acercarse a Dios, pero, mejor digamos que al cielo.

Caifanes surgió en 1987 y aunque se separaron en 1993, tras su retorno a los escenarios hace seis años la magia con la que se dieron a conocer estaba intacta.

“Uno de mis principales miedos era el primer ensayo después de no habernos visto –con un instrumento– 15 años, y bueno, a los 30 segundos de tocar la magia de otras épocas estaba ahí”.

La siguiente tocada será el 24 de junio en el Centro Regional de Cultura, Arte y Deporte Las Américas en Ecatepec. El primero de julio estarán en el Recinto Ferial, en Tlaxcala, y luego de visitar varios sitios de Estados Unidos regresarán al país para tocar el día 30 en la Arena Ciudad de México.