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Expertos de Lovaina y París estudian ADN de más de 2 mil felinos de los pasados 9 mil años

En Egipto y Turquía, el origen de los gatos domésticos actuales

Consideran que una de las razones de su expansión es que estos animales mantuvieron en jaque a los roedores tanto en cosechas como en barcos

El aspecto estético empezó a cultivarse después

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Frente a la residencia oficial del premier de Gran Bretaña, en Londres.Foto Afp
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El sarcófago del príncipe Thutmose, que se exhibe en SeattleFoto Ap
 
Periódico La Jornada
Martes 20 de junio de 2017, p. 2

Lovaina/París.

Los antepasados de los gatos domésticos actuales procedían de Egipto y del territorio que ocupa ahora Turquía, según indica un estudio publicado ese lunes en Nature Ecology & Evolution y que reconstruye la historia de estos felinos.

Los felinos salvajes con los que están emparentados los gatos domésticos pertenecen a la especie Felis silvestris, que se divide en cinco subespecies. Sólo una de ellas, el gato salvaje del desierto (Felis silvestris lybica), fue domesticado.

El equipo de expertos de Claudio Ottoni, que trabaja tanto en la Universidad de Lovaina (Bélgica) como en la Universidad París-Diderot, investigaron el desarrollo de estos animales esquivos y solitarios hasta que se convirtieron en gatos domésticos.

Para ello analizaron muestras de ADN de más de 2 mil gatos de los pasados 9 mil años. Entre ellos había animales de yacimientos arqueológicos de la Edad de Piedra, momias del Antiguo Egipto y restos hallados en tumbas vikingas.

Biólogos y arqueólogos extrajeron el ADN de huesos y dientes y compararon después las muestras con el material genético de los gatos domésticos actuales. Según concluyeron, los felinos fueron domesticados en dos oleadas, algo que influye en las mascotas de la actualidad.

Los investigadores suponen que los humanos ya tenían gatos hace más de 9 mil años, por ejemplo en Chipre. Se alimentaban de roedores que, de otra manera, habrían echado a perder las cosechas.

Estos ejemplares que poblaban la actual Turquía llegaron al sur de Europa hacia el 4400 antes de Cristo, señala el estudio.

En el primer milenio después de Cristo alcanzó el Viejo Continente una nueva línea genética procedente del Antiguo Egipto, que se expandió durante el Imperio Romano.

Estos gatos llegaron al norte de Europa por medio de las rutas de comercio de la zona del mar Mediterráneo. Por aquel entonces los roedores no sólo amenazaban las cosechas, sino también las existencias en los barcos.

Durante cientos de años, los sucesores de los gatos egipcios se extendieron más que los de los granjeros del este. Actualmente, nuestros felinos domésticos llevan material genético de ambas líneas. Tanto la expansión de los gatos de los agricultores como de los del Antiguo Egipto probablemente se deba a que esos animales mantuvieron en jaque a los roedores.

Mucho después comenzó a importar además el aspecto del animal, según señalaron los científicos.

Los investigadores analizaron las muestras de ADN en busca de una determinada pauta de pelaje que no se da en los gatos salvajes. Este apareció relativamente tarde en Turquía y no se extendió hasta el siglo XVIII.

Según el estudio, el hallazgo es un indicio de que la cría de felinos desde el punto de vista estético comenzó mucho más tarde en comparación con la cría funcional.