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TLCAN: los canadienses se Rick Arnold Miembro de Fronteras Comunes de Canadá y uno de los representantes del Capítulo del Condado de Northumberland del Consejo de Canadienses [email protected] El evento fue el Encuentro de Organizaciones Sociales de Canadá, Estados Unidos y México, que se realizó los días 26 y 27 de mayo de 2017, y que reunió a unas cien organizaciones provenientes de los tres países, entre las cuales había unos 17 representantes recién llegados de Canadá y Quebec. El momento resultó ser una reunión un día antes del comienzo oficial del encuentro, en donde casi tod@s l@s canadienses y quebequenses estuvieron presentes. Y el reto que nos enfrentaba… un reencuentro con un trabajo de oposición coordinado al Tratado de Libre Comercio de América del Norte TLCAN (TLCAN) que antes existía en Canadá, pero cuya expresión ya era tan clara. Telón de fondo: La elección federal canadiense de 1988 resultó ser una nutrida batalla electoral entre el pro TLC partido Conservador Progresista y otros dos partidos (Liberal y Nuevo Demócrata) que llamaban al electorado a no votar a favor del tratado Canadá-Estados Unidos. Aunque el voto final combinado favoreció al no-al-TLC (52 por ciento contra 43 por ciento), la idiosincracia del sistema parlamentario otorgó una mayoría a los conservadores y no dudaron en implementar el acuerdo. Las elecciones federales posteriores ocurrieron en 1993, al tiempo que el Partido Liberal llegaba al poder después de haber prometido que renegociarían el recién firmado Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN). Al poco tiempo de ser instalado como primer ministro de Canadá, Jean Chretien faltó a su palabra y promovió un voto a favor de la implementación del TLCAN (sin cambios) para que entrase en vigor el primero de enero de 1994. Después de esas dos elecciones y con la complacencia de los medios, las grandes empresas en Canadá se han encargado a lo largo de los 23 años recientes de promover campañas de (des)información en donde aseguran que el TLCAN es innegablemente una maravilla para el país.
Algunas de las redes y organizaciones canadienses podrían fácilmente argumentar que ya figuraban en la lucha cuando se intentó a descarrilar el tratado precursor al TLCAN (entre Canadá y Estados Unidos), pero el panorama de confrontación al neoliberalismo y su arma preferida, los tratados de libre comercio, ha cambiado sustancialmente en las tres décadas pasadas. Aun antes de la derrota en 2005 del Acuerdo de Libre Comercio para las Américas (ALCA) por iniciativa de las fuerzas populares del hemisferio, Canadá ya había firmado una serie de acuerdos bilaterales. En fechas recientes Canadá tomó parte en la negociación multilateral del Acuerdo Transpacífico de Cooperación (TPP, ahora puesto en duda por Trump), y en el acuerdo de libre comercio con la Unión Europea, conocido como el Acuerdo Económico y Comercial Amplio. Producto de la necesidad de responder a todas estas iniciativas comerciales diversas promovidas por el gobierno neoliberal canadiense, nacieron nuevas redes/organizaciones que hábilmente han realizado investigaciones, y educan y movilizan para combatir las negociaciones de libre comercio denominadas de “segunda generación”. Con este trasfondo histórico, no es sorprendente que la aparición en 2016 del candidato Trump (y de Bernie Sanders) con promesas de renegociar (o eliminar) el TLCAN sirvió para que el movimiento popular canadiense encontrara una puerta entreabierta por donde se pudiese filtrar con el objetivo de reemplazar al TLCAN tóxico con algo nuevo, construido “de abajo hacia arriba”. Fue entonces que el 25 de mayo de 2017, en una reunión de dos horas realizada en la Antigua Escuela de Medicina, en el Centro Histórico de la Ciudad de México, las organizaciones y redes de Canadá y Quebec se sentaron a escuchar y a compartir. Una ronda de presentaciones, con énfasis en el trabajo que cada cual pensaba desarrollar para combatir un tratado trinacional que no había cumplido con las promesas y expectativas de prosperidad anunciadas para los trabajadores del campo y la ciudad, sirvió para señalar que existía un traslape significativo entre iniciativas de libre comercio mencionadas. Luego de un “¡aha!” inicial, la conversación se inclinó hacia la posibilidad de encontrar nuevas sinergias para coordinar y hacer más efectivo el trabajo relacionado con la “renegociación” del TLCAN. Un referente clave para nuestras reflexiones sobre opciones para coordinar mejor el trabajo en Canadá y Quebec resulto ser la ingeniosa campaña México mejor sin TLCs. Nos comprometimos a sostener una segunda reunión a finales de junio en Ottawa para avanzar en la construcción de nuevas relaciones sociales, comerciales y políticas de Canadá/Quebec, y entre nuestros tres países. Gracias al hecho de haber podido discutir nuevas fórmulas de colaboración en lo nacional, las 17 organizaciones canadienses se lanzaron con ánimos para ayudar a garantizar el éxito pleno de las deliberaciones de los días 26 y 27 de mayo en el Encuentro de Organizaciones Sociales de Canadá Estados Unidos y México. *Las opiniones expresadas en este articulo son solamente del autor
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