En el actual entorno mundial que apremia renovar la solidaridad con los refugiados, Los niños de Morelia ofreció una función especial dedicada a los 80 años del arribo de 456 menores que huían de la guerra civil española y al 40 aniversario del restablecimiento de relaciones diplomáticas entre México y ese país.

El embajador de España, Luis Fernández-Cid de las Alas Pumariño, y tres de esos entonces niños: Manuel Hernández, Joaquín García y Concepción Baixeras, además de familiares de los exiliados y público en general, se dieron cita el jueves pasado en el Centro Cultural Helénico para conmemorar estos ejemplos que deben llegar a las nuevas generaciones y hacer ver que las guerras y la separación dejan mucho dolor, indicó Álvaro Hegewisch, director del recinto, tras develar la placa.

La despedida de todo

Sobre la puesta en escena, Concepción Baixeras, quien llegó en 1937 a la esdad de 13 años, indicó que todo fue significativo y bien hecho. Lo que vivimos se ha dicho ahí; la parte primera fue la que más me conmovió, porque era la despedida de todo lo que yo quería y no volvería a ver.

Aunque se pensó que su estancia sería por poco tiempo, cuando se dieron cuenta de que eso no sucedería fue terrible, yo todavía tengo un papelito donde viene hora de salida y de llegada, que jamás llegamos, comentó. Después ha visitado muchas veces España, pero allá somos los mexicanos y acá, los españoles.

Acerca de tener a tres de esos protagonistas, el productor Eloy Hernández señaló que para los actores es una oportunidad de ver que la realidad supera siempre la ficción.

En el contexto actual, el mensaje es que “siempre habrá exilios, la cuestión es quién va a darnos las manos. Hace 80 años México, con toda la situación del país que nunca ha estado bien, mandó un barco, el Mexique, por 456 niños. Ahora qué está pasando, vemos Siria, niños ahogados y no mandamos barcos, no apoyamos. Esa solidaridad que no se nos olvide; el tema habla de solidaridad al final del día”.

La maleta y la flor

El preludio de la obra es la soledad de una maleta con una flor en el centro del escenario, quizás los objetos simbólicos de quienes escapan de guerras, violencia y pobreza. La maleta de la huída necesaria y la flor que quisieran recibir cuando llegan a algún lugar. Luego, cinco actores se ubican alrededor y empieza el viaje con sus experiencias desde que dejaron su hogar hasta Morelia y lo que ahí vivieron.

En la obra, escrita por Víctor Hugo Rascón Banda (1948-2008), actuaron Andrómeda Mejía, César Chagolla, Ditmara Náder, Ivonne Márquez y Noel Díaz, bajo la dirección de José Manuel Lira, el acompañamiento musical de Francisco Buentello, escenografía e iluminación de Édgar Sánchez y la utilería y el vestuario de Alejandra Vega. Retomarán temporada en octubre.