Hoy se estrena el documental sobre el líder ruso en Showtime de EU
Es el retrato de un hombre complejo, que realmente vela por el interés de su país y el suyo propio
, señaló el director de Pelotón
Martes 13 de junio de 2017, p. a10
Nueva York.
Entre julio de 2015 y febrero de 2017, el cineasta estadunidense Oliver Stone mantuvo contacto sin precedente con el presidente ruso, Vladimir Putin.
De ahí nace The Putin Interviews, el reciente documental de Stone que se emitirá a partir de hoy y hasta el jueves en el canal estadunidense Showtime.
En entrevista, el director de Pelotón cuenta cómo fue hablar de homosexualidad con Putin junto a una pista de hockey sobre hielo o ver el clásico de Stanley Kubrick Dr. Strangelove con uno de los líderes políticos más controvertidos del mundo.
–¿Qué le hizo lanzarse a este proyecto?
–Fue un tanto accidental. Nació a partir de la película sobre (Edward) Snowden: viajé a Moscú para encontrarme con él, hablé con Putin sobre el caso y fue muy elocuente respecto de su postura. Los rusos estaban abiertos a hacer más. Creo que (Putin) conocía mi trabajo y me respetaba. Sabía que lo escucharía de manera justa, que sería capaz de escucharlo. No es que me necesitara, pero sí podría venirle bien que un medio occidental fuera un poco más honesto en lugar de simplemente desdeñarlo. La idea siempre fue ampliarlo a una historia de su época y lo que ha visto en las relaciones rusas, especialmente con Estados Unidos.
“Intento hacer un retrato de un hombre del que se dice que no lo tenemos. Lo veo como una partida de ajedrez de cuatro horas, que se mueve de una mentalidad a otra. En la primera rompemos el hielo, luego empezamos a conocernos mejor y, para la cuarta, cuando empiezo a pulsar algunas teclas sobre lo que quiere hacer en el futuro, llega a ponerse muy sensible y creo que redondeamos el retrato.
–¿Qué es lo que más le sorprendió de Vladimir Putin?
–Creo que si se deja de lado el retrato occidental que lo tilda de villano, tipo malo, etcétera, se puede llegar a un retrato realista de un hombre complejo y que realmente vela por el interés de Rusia y el suyo propio (...) No pensé en el público ruso; sinceramente, no sé qué va a pensar. La gente de Moscú, la élite, siempre ha sido crítica con sus líderes. Pero en el mundo real en el que la gente vive, trabaja y muere, Putin significa algo distinto: volvió a encauzar Rusia tras los años de (Boris) Yeltsin.
De la guerra atómica y homosexuales en el vestidor
–¿Cómo fue ver con Putin un clásico como Dr. Strangelove, que aborda desde la comedia negra la estrategia nuclear durante la guerra fría?
–Quería ver la realidad física de lo que fue la guerra atómica y cuál sería su reacción. Lo entendió perfectamente. No ve mucho cine, mucho menos anglosajón, y su equipo no quería hacerlo porque pensaba que era una pérdida de su precioso tiempo. Es un hombre muy ocupado y aquí estoy yo, pidiéndole que vea una película. No lo entendían, así que hubo que presionar y sólo vimos unos 25 minutos, pero eran los 25 minutos más importantes y lo captó muy bien. Y dijo lo que dice en el documental: que aquello podría ocurrir muy fácilmente ahora. Y que tenemos mejor tecnología. Occidente no parece darse cuenta de que los rusos están muy paranoicos con la guerra y lo han experimentado.
–Cuando hablan sobre las leyes relativas a los homosexuales y la moral que subyace en ellas desde la perspectiva de Putin, éste afirma que no le gustaría provocar
a un gay duchándose con él...
–No estaba en el guion. Estábamos en un partido de hockey y caí en que se duchan juntos, que es un vestuario cerrado y que él es obviamente el presidente, pero también un miembro del equipo. Y me preguntaba cómo se gestionaría eso en el vestuario cerrado y entre hombres. Es una manera interesante de llegar al tema en cuestión.
Mi papel era el de sacar conversaciones así que, obviamente, me preparé, pero no intenté tomar postura, sino empujarlo a que mostrara la suya. No es tan fácil estar ahí. Yo tengo mis opiniones, sólo que no editorializo demasiado.