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Creen que todavía uno anda en burro, no saben de dónde venimos, qué sentimos, señala

En EU tienen predisposición sin conocer a los migrantes, indica Salma Hayek

Racismo y enriquecimiento sin medida en Beatriz at Dinner, que se estrena el viernes

 
Periódico La Jornada
Miércoles 7 de junio de 2017, p. a11

Los Ángeles.

Una película sobre los capitales desalmados que destruyen el planeta, sobre el estadunidense arrogante que denigra al inmigrante desde el estereotipo: una clara descripción del país con el que el presidente Donald Trump es relacionado. Beatriz at Dinner parece que fue escrita ayer, pero fue filmada antes de que el republicano llegara a la Casa Blanca.

Salma Hayek interpreta a Beatriz, inmigrante mexicana que llega a Estados Unidos separada de su familia, después de que un fracasado experimento inmobiliario acaba con su pequeño pueblo.

Muchos años después, esta mujer fea, vieja y gorda, como se describe en uno de los diálogos, se gana la vida como masajista y sanadora en el sur de California. Es ejerciendo su trabajo que se enreda en esta comedia desgarradoramente realista.

Después de terminar un masaje en una casa de ricos, lejos de su hogar, el auto de Beatriz se descompone. Su clienta le pide entonces que se quede a cenar mientras llega alguien a ayudarla, y su marido organiza una comida de trabajo a la que estaba invitado el millonario inversionista Doug Strutt, interpretado por John Lithgow.

En el primer momento que se cruzan, él le pide que le sirva otro trago. Luego le pregunta de dónde es, y cuando ella responde de Pasadena, él insiste: ¿de dónde eres originalmente? Y más adelante la increpa sobre si cruzó la frontera sin papeles.

Es una conversación cada vez más frecuente, impulsada por las promesas de Trump de deportar indocumentados y construir un muro en la frontera con México.

Foto
En Beatriz at Dinner, Salma Hayek interpreta a una migrante que debe lidiar con un magnate inmobiliario y su racismo; la película fue filmada antes del triunfo de Donald Trump en Estados Unidos, pero la mexicana considera que la gente privilegiada no es consciente de lo que hace desde hace mucho tiempoFoto Ap

Adoro a este personaje porque representa a tantísima gente, dice Hayek en una entrevista telefónica con Afp. Muchas veces no saben realmente de dónde vienes, tienen predisposición con quién eres tú, indica.

La gente cree que todavía uno anda en burro (...), hay una falta de conocimiento sobre de dónde somos, de dónde venimos, qué sentimos, qué queremos, sigue.

Strutt fue el catalizador. Encarna lo peor de la sociedad estadunidense: además de racista, es un magnate inmobiliario que construye sin tener en cuenta daños ambientales o sociales.

La película, presentada en el festival de Sundance en enero, llega a los cines de Estados Unidos este viernes, una semana después de que Trump anunció el retiro de su país del acuerdo ambiental de París.

Hay cosas que dice mi personaje que pareciera que hubieran sido escritas ahora, y con lo que pasó con el tratado de París, y con el tiempo la película se hará más relevante, señala.

“Pero si hubiera salido hace 10 años también; la gente que tiene un entitlement [nivel de privilegio] no es consciente de lo que está haciendo desde hace mucho tiempo”, añade.

El director Miguel Areta y el escritor Mike White se inspiraron en la muerte del león Cecil, en Zimbabue, a manos de un dentista estadunidense.