Londres.

La primera ministra, Theresa May, pidió este domingo una respuesta más enérgica al extremismo islamita, después de que tres atacantes arrollaron la noche del sábado con una furgoneta a peatones en el Puente de Londres y apuñalaron a otras tres personas en las cercanías, en un ataque que provocó siete muertos y 50 heridos, de los cuales 21 se encuentran en condición crítica.

El más reciente atentado en Londres fue reivindicado por el grupo extremista Estado Islámico (EI).

La policía metropolitana de Londres arrestó a 12 personas en el distrito de Barking, en la zona este de la ciudad, y realiza redadas en la zona, dijo la fuerza de seguridad.

El atentado ocurrió cinco días antes de una elección general y es el tercero en Reino Unido en menos de tres meses. May dijo que las elecciones se realizarán este jueves, como está previsto.

La premier conservadora endureció su discurso sobre seguridad en el país, y solicitó que se revise la estrategia contra el terrorismo. Hay demasiada tolerancia hacia el extremismo en nuestro país. Es el momento de decir basta, denunció May ante la prensa en Downing Street, tras un encuentro con el máximo órgano de seguridad de Reino Unido.

Cuando se trata de combatir el extremismo, las cosas tienen que cambiar, añadió May, quien también condenó el reciente atentado en Manchester.

Estos ataques fueron reivindicados por el EI por conducto de su agencia propagandística, Amaq.

A las 22:08 (hora local) del sábado la policía recibió las primeras llamadas de emergencia sobre una camioneta que había arrollado a peatones en el Puente de Londres. Después el vehículo siguió hasta el cercano mercado de Borough, uno de los destinos preferidos por los turistas, donde hay numerosos restaurantes y bares. Ahí, al grito de ¡esto es por Alá! los agresores descendieron del vehículo y comenzaron a atacar a los presentes con cuchillos.

La policía enfrentó a los tres atacantes y los mató en el mercado de Borough ocho minutos después de recibir la alerta. Los uniformados hicieron al menos 50 disparos. Los hombres llevaban puesto chalecos que, según las autoridades, parecían explosivos, pero posteriormente se descubrió que eran falsos.

Miles de personas huyeron de la zona de los ataques, aunque muchas no pudieron volver a sus casas tras el cierre de las estaciones cercanas del Metro. Los vecinos de la zona se apresuraron a prestar ayuda.

El pub Royal Oak abrió sus puertas a los desalojados de los hoteles, y al menos una empresa de taxis ofreció viajes gratis a gente varada en el área.

Phaldip Singh, ciudadano de ascendencia india, quien se describió como emprendedor activista juvenil, tuiteó que los templos Sij estaban abiertos para ofrecer comida y cobijo a los afectados en señal de solidaridad.

El saldo del ataque fue de siete muertos, entre ellos un ciudadano canadiense y un francés; el reporte oficial más reciente da cuenta de unos 50 heridos, incluidos dos policías que están graves. Uno de los agentes heridos fue apuñalado en el rostro, informaron las autoridades policiales.

Este domingo se supo que la camioneta que utilizaron los agresores fue alquilada por uno de ellos poco antes.

La policía informó que varios agentes antiterroristas allanaron este domingo varios domicilios en Barking, suburbio del este de Londres, donde arrestaron a 12 personas, y añadió que continúan las inspecciones.

Los principales partidos políticos de Reino Unido suspendieron temporalmente sus actos de campaña. Theresa May dijo que la votación tendrá lugar este jueves, como estaba previsto, porque no permitiremos nunca que la violencia interrumpa el proceso democrático. Nuestros pensamientos están con aquellos que están atrapados en estos terribles acontecimientos.

El líder del principal partido de oposición, Jeremy Corbyn, dijo que su partido suspenderá todos los actos electorales a escala nacional como muestra de respeto a los fallecidos y a los heridos.

También decidieron suspender su campaña el Partido Nacional Escocés (SNP) y el pequeño Partido Liberal Demócrata.

Sin embargo el líder del partido antieuropeista UKIP, Paul Nuttall, no quiso suspender la campaña, porque es precisamente lo que los extremistas quieren que hagamos.