Domingo 4 de junio de 2017, p. 18
En un artículo publicado en el sitio electrónico de la arquidiócesis de México se apuntó que se ha desvirtuado la esencia canónica de la renuncia del cardenal Norberto Rivera Carrera, al cumplir 75 años, como “si de tratara de una dimisión, desafuero, impeachment o juicio político en orden a otro tipo de procedimientos seculares (sic)”, ante la denuncia penal interpuesta contra el prelado por supuesto encubrimiento de 15 sacerdotes que presuntamente cometieron pederastia.
Se advirtió que el uso mediático de la renuncia ha generado una mala intención para deformar
la opinión pública, a fin de hacer culpable al arzobispo de México, creando consensos para imputar falsos delitos y avalando variopintas difamaciones
.
En el artículo, se cuestionó que algunos aprovechen para golpear y desgastar la imagen del cardenal, quien desde 1995 lleva las riendas de este arzobispado, uno de los más grandes y complejos de la República Mexicana
.
El Papa decidirá
Según la curia, se han generado conjeturas y falsas ideas, a raíz de la oportunista denuncia
, interpuesta por el ex sacerdote Alberto Athié Gallo y de que el vocero de la arquidiócesis, Hugo Valdemar, declaró que en el momento adecuado la renuncia del arzobispo estaría en el escritorio del papa Francisco, es decir, al cumplir 75 años el próximo martes, que es la edad que establece el derecho canónico para que cualquier obispo diocesano presente la renuncia de su oficio al pontífice.
Lo anterior, no implica el cese automático del cargo ni es el fin inmediato de las responsabilidades como para poner la diócesis en calidad de vacante. Sólo tendrá efectividad, de acuerdo con lo que decida el Papa. Para el caso de un cardenal, conservará su derecho de participar en el cónclave con capacidad de voto hasta cumplir 80 años.
Contra lo que se pudiera pensar, de acuerdo con las típicas responsabilidades seculares, un obispo no es un burócrata al cual se le aparta de todo trabajo para ser pensionado
, se especificó el artículo.
Para tomar una decisión sobre la renuncia del arzobispo Rivera, subrayó, “el Papa no será presionado por caprichos de grupos, ni será complaciente con exigencias de inconformes, ni será movido por vendettas o supuestas exigencias de justicia que en el fondo son puros deseos de venganza”.