Las atmósferas de lo nocturno, de la noche, y dar voz a los objetos y animales para que narren su propia historia, son características del trabajo literario del escritor mexicano Francisco Tario (1911-1977), destacó el también autor e investigador Alejandro Toledo durante la presentación de una antología publicada por Ediciones Cal y Arena, en su colección Esenciales del XX.

Como parte de las actividades de la primera Feria del Libro de la Delegación Gustavo A. Madero, que se llevó a cabo en la explanada de la demarcación del 12 al 21 de mayo, Toledo se refirió a la personalidad y a las diversas actividades que hicieron de Tario una singular figura de la cultura en México.

Tario, recordó Toledo, fue portero del equipo Asturias, vivió en Acapulco, donde abrió dos cines –El Rojo y El Río–, tocaba piano y organizaba tertulias en su casa de la colonia Condesa a las que asistían Octavio Paz, Elena Garro y Carlos Fuentes, entre otros, y se exilió en Madrid, España, por razones que aún se conocen poco.

Tario fue extravagante, fortachón y atractivo, cuyos trabajos literarios fueron muy poco conocidos en su momento y por mucho tiempo después; ahora es un autor de culto entre los jóvenes, explicó el antologador.

Quizá lo que motivó a Tario a escribir fue la lectura de la Antología de la literatura fantástica, publicada por Borges y Bioy Casares.

En las décadas de los años  40 y 50, del siglo pasado, en México los escritores se dedicaban más a la literatura realista y nacionalista; la literatura fantástica no se tomaba muy en serio, porque se consideraba una especie de evasión de la realidad, explicó Toledo. Tario contribuyó a transformar esa concepción.

Esta nueva selección de su obra integra 20 de los que podrían ser considerados sus mejores cuentos, así como textos varios de prosa poética. El libro Equinoccio es uno de los más relevantes de toda su obra, el cual reúne aforismos o sentencias.

Se encuentra también la obra de teatro El caballo asesinado y fragmentos de sus dos novelas: Aquí abajo y Jardín secreto.