Los Ángeles.

Por tercer año consecutivo, la NBA presentará la mejor final que puede ofrecer. Golden State Warriors, campeón en 2015, recibirá en el primer duelo de la serie a Cleveland Cavaliers, ganador el año pasado, en la tercera edición de un verdadero duelo de titanes y en un hecho inédito en la historia de la Liga estadunidense de basquetbol.

Después del dominio de los Warriors ante unos disminuidos Cavaliers hace dos campañas y la revancha de LeBron James y compañía el año pasado, cuando remontaron un 3-1 antes de celebrar en casa ajena, la tercera parte de la saga promete la misma emoción que los anteriores duelos, con el agregado de que los californianos sumaron a Kevin Durant para mostrarse más poderosos.

Para James, dominador como nadie de la liga en las recientes temporadas, será la séptima final consecutiva, con dos franquicias distintas. Además, irá en busca de su cuarto anillo. Sin embargo, el astro de Cleveland siente que, a pesar de ser los campeones defensores, no parten como favoritos ante Golden State. “Los Warriors eran el mejor equipo en los pasados tres años y ahora tienen a otro jugador top, como Kevin Durant. Va a ser más difícil todavía”, remarcó James, quien entiende que la llegada del ex jugador de Oklahoma potenció aún más a su rival.

Es uno de los tipos más peligrosos que hay, uno de los mejores del mundo, reconoció LeBron. Y se vuelve aún más peligroso cuando unes a todo ese talento y toda la habilidad que tienen los Warriors.

En víspera de la final, la policía realiza una investigación después de que alguien escribió un insulto racista en el portón de una casa de LeBron James en Los Ángeles.