Cualquiera se siente con derecho
, señalan académicos
Los grupos internos miden la posibilidad de hacer coaliciones
Domingo 28 de mayo de 2017, p. 10
La existencia de un gran número de aspirantes a la candidatura presidencial del PAN muestra que la estructura y la organización de este partido es tan débil, que cualquiera se siente con derecho a ser su abanderado, consideró Álvaro Arreola, académico del Instituto de Investigaciones Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Por su parte, Víctor Alarcón Olguín, investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana unidad Iztapalapa, dijo que la proliferación de interesados en la candidatura que se ha registrado en semanas recientes es parte de un estira y afloja en el que se van generando expectativas de alianzas internas.
En la actualidad el PAN tiene cinco aspirantes a la candidatura presidencial y otros que analizan la posibilidad de sumarse al proceso interno de selección. Entre los primeros está Margarita Zavala, esposa del ex presidente Felipe Calderón; el dirigente del partido, Ricardo Anaya; el ex gobernador de Puebla, Rafael Moreno Valle, y los ex mandatarios de Guanajuato, Juan Carlos Romero Hicks, y de Baja California, Ernesto Ruffo. De los segundos, resalta el ex secretario de Relaciones Exteriores, Luis Ernesto Derbez, y el jefe del Ejecutivo guanajuatense Miguel Márquez.
En esta ocasión el número de interesados en Los Pinos es superior al que se han observado en otros procesos, si bien hay posibilidades de que varios de ellos declinen sus aspiraciones.En 2005 Felipe Calderón se impuso a sus contendientes Alberto Cárdenas y Santiago Creel; en 2012, Josefina Vázquez Mota logró la victoria sobre Santiago Creel y Ernesto Cordero, y en 1987, Manuel J. Clouthier se hizo de la postulación dejando atrás a Jesús González Schmal y Salvador Rosas Magallón.
Al referirse al amplio número de aspirantes a Los Pinos en Acción Nacional, Álvaro Arreola señaló que cuando un partido presenta una cantidad exagerada de interesados en un puesto de elección popular, puede deberse a dos situaciones. Una, que es la única fuerza política que existe en el territorio, lo cual es una característica de los partidos de régimen, y la otra es que es que es tan débil la estructura y la organización que cualquiera se siente con derecho a ser aspirante. Esta segunda es que la que presenta el PAN, puntualizó.
Autor de varios libros, entre ellos La sucesión en la gubernatura del estado de México 1917-1993, resaltó que Acción Nacional ha venido a menos. Sus 12 años al frente del gobierno de la República fueron fallidos y no ha logrado renovar los talentos que tuvo.
La imagen de misioneros del voto, que construyeron a base de muchos castigos, mucha represión y sobre todo pensando que de manera doctrinal podían cambiar las maneras como se ejercía la política en este país, se vino abajo y en lugar de ello se convirtieron en los aliados del fraude electoral. Eso se ve desde 2012, con la alianza política que construyeron con el régimen priísta, explicó el investigador universitario.
En estas circunstancias, consideró difícil que el PAN gane la presidencia en 2018, la única manera de hacerlo sería aliándose con el PRD o el PRI.
Alarcón Olguín apuntó que a este instituto no hay que leerlo con la idea de que si hay muchos candidatos hay problemas o si hay pocos también los hay, pues se trata de una fuerza política con mucha dinámica interna.
Añadió que en el blanquiazul se está dejando fluir a los aspirantes, porque los grupos internos van midiendo la posibilidad de hacer sus coaliciones.
Anaya, factor decisivo
Por lo demás, el punto clave en la definición del abanderado presidencial es si finalmente contenderá o no Anaya, pues tiene el control del partido y aún si no participa será un factor importante para decidir de qué lado se inclina la competencia.