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Mujeres que resisten Natalia Zamudio Ortuño (Xilonanantsin Chicomehecatl) Profesora de la Universidad Autónoma de Tlaxcala La transformación económica y sociocultural que hoy vive Tlaxcala –y que ocurre de forma lenta y con retraso respecto de muchos otros lugares– es el marco en que están floreciendo proyectos surgidos sobre todo de la iniciativa de mujeres. En este artículo muestro algunos ejemplos de estas mujeres, quienes con trabajo y persistencia han resistido a un sistema patriarcal que las afecta en el campo y su trabajo con la tierra, y fuera de sus comunidades, en los mercados donde buscan colocar sus productos. Pero antes menciono uno de los acuerdos más importantes a que han llegado y que, como iniciativa ciudadana, han presentado en fechas recientes a varias autoridades locales y municipales: la Agenda Política de la Mujer Tlaxcalteca, la cual integra y expresa las principales demandas de mujeres de 17 municipios, en la coyuntura de los foros institucionales del gobierno de la entidad para integrar el Plan Estatal de Desarrollo 2017-2021. A estos foros no hemos sido convocadas las mujeres, pero sí tenemos un mensaje a expresar allí. La Agenda Política es un instrumento base para la concertación con las diferentes instituciones públicas o privadas que intervienen en el estado: gobiernos federal, estatal y municipales; organizaciones no gubernamentales (ONGs), partidos políticos, organizaciones sociales e instancias educativas, entre otras, a fin de lograr procesos donde la voz de las mujeres y su participación en la toma de decisiones estén garantizadas. En voz de ellas se ha expresado así: “Es preciso que las mujeres de Tlaxcala tengamos elementos de consenso a partir de los cuales influyamos cualitativamente en los procesos de participación ciudadana que se desarrollan actualmente en el país a nivel local, regional y nacional, de manera específica en la programación participativa del presupuesto público y en la planificación concertada del desarrollo. “Además es importante que, más allá – de nuestra realidad territorial, de nuestras edades o nuestras historias personales, nosotras identifiquemos las demandas comunes que tenemos como ciudadanas, y podamos así – construir una propuesta integral para las mujeres de Tlaxcala . “Nuestro fin último es garantizar, para varones y mujeres del estado, la igualdad de oportunidades. Que cada ciudadano y ciudadana logre pleno acceso a sus derechos civiles, políticos, económicos, sociales o culturales”. Entre sus demandas urgentes destacan: derecho a la salud, a la alimentación, a una vivienda digna, a una educación de calidad y a un ejercicio de gobernanza ambiental con participación de género . Uno de los ejemplos de proyectos de mujeres es el de Claudia Natividad López Vences, originaria del municipio de Xaltocan. Es productora agroecológica de maíz y trigo. Afectada por los bajos precios de los cultivos en el mercado, decidió transformarlos. Ahora elabora pinole (polvo a base de maíz tostado) de naranja, canela, natural y cacao, y galletas de pinole. Ofrece también trigo tostado, el cual es sustituto de “café artesanal”, (en sabor y consistencia es muy parecido, pero sin la cafeína). Claudia además cuenta que tiene más de cien recetas de comida a base de trigo, desde postres hasta guisados. Claudia suma más de 16 años como productora y desde hace siete sus procesos son totalmente agroecológicos; ella trabaja con un grupo que está en esa tónica a favor del medio ambiente. Comenta que mucha gente busca alimentos libres de agroquímicos, en pro de una alimentación más natural y sana. Su grupo y ella están en constante búsqueda de opciones y/o apoyos para mejorar la presentación de sus productos y su distribución.
Otro valioso ejemplo es Josefa Jiménez Aguilar, originaria del municipio de Atlangatepec; pertenece al grupo “El Toronjil”, que cuenta ya con esta marca distintiva para todos sus productos. Allí participan en su mayoría mujeres que están produciendo nopal, hortalizas y semillas. Josefa resalta que toda su producción ya es agroecológica y artesanal; en sus terrenos cultiva calabacita, frijol, lechuga, brócoli cebolla y cilantro. Lo que más venden actualmente son los derivados del nopal y esta verdura transformada en deliciosas botanas como buñuelos, churritos y nopalocox (gomitas), así como nopales en escabeche y ensalada de nopal crudo con rábano, cebolla y cilantro. Su principal cultivo es el nopal, pero también siembran maíz, particularmente azul y cacahuacintle, así como haba que muelen después de tostarla y la transforman en polvo para guisados y pinole para atoles. Luego de diez años que llevan trabajando como grupo, el cuidado que dan al nopal les permite contar con más de 13 variedades de tuna. De las barreras verdes o metepantles obtienen “palmitos” (flor de maguey) para cocinar diferentes platillos. Josefa presume orgullosa que su mamá, de más de 80 años de edad, “le gana corriendo”, por la salud de la que goza gracias a su buena alimentación, que es fundamentalmente a base de nopal. Y dice que la forma de vivir y trabajar la tierra es la mejor herencia que su madre le puede dejar. Claudia y Josefa forman parte de la Red Hueyaltepetl, que integra a más de 40 personas, en su mayoría productoras de diferentes municipios de Tlaxcala como Huamantla, Apizaco, Calpulalpan, Xaltocan y Acuitlapilco, entre otros. Esta red se conformó hace unos siete años y actualmente están en la búsqueda de espacios en donde exponer y vender su producción. La Red Hueyaltepetl actualmente realiza una expo-venta de sus productos en el Centro de Capacitación para el Trabajo Industrial (Cecati) del centro de Tlaxcala cada 15 días, en miércoles, gracias a compañeras que estudian en el área de alimentos de esta institución y a partir de haber compartido algunas recetas con ellas. Y están por confirmar un espacio en el Jardín del Artesano los fines de semana. No me queda más que hacer una invitación a apoyar estos proyectos, no sólo por solidaridad con el trabajo local, agroecológico y además femenino, sino también por el bien de nuestra soberanía alimentaria y la defensa y el derecho de tener una alimentación sana y libre de agrotóxicos que contaminan nuestro planeta y nuestra casa/cuerpo. Habitemos un cuerpo sano, y ayudemos a respirar a este planeta, que es nuestro hogar común.
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