20 de mayo de 2017     Número 116

Directora General: CARMEN LIRA SAADE
Director Fundador: CARLOS PAYAN VELVER

Suplemento Informativo de La Jornada

Metl: notas etnoagroecológicas
del árbol de las maravillas

Francisco Castro Pérez Profesor-investigador de la Universidad Autónoma de Tlaxcala


FOTOS: Francisco Castro Pérez

Este escrito tiene una particularidad; la escribe un campesino por nacimiento y antropólogo de profesión. En este sentido, la descripción sobre el maguey (metl) y el pulque (necuhtli u octli), combina la interpretación teórica con la emoción personal. El enfoque de la antropología ambiental interesada en el estudio de las relaciones entre sociedad, cultura y naturaleza está atravesado por la nostalgia de paisajes que ya no están, por la angustia de ecosistemas que desaparecen y por los cambios de la vida campesina.

Un agave sagrado. El metl o maguey es un agave con más de 160 especies, 75 de las cuales son endémicas de México y entre ellas destacan algunas variedades de maguey manso utilizadas para la elaboración del pulque o necuhtli. No pertenece al estrato arbóreo, ni al arbustivo; es el extraordinario metl domesticado en Mesoamérica hace más de siete mil años y al que Joseph de Acosta consideró el “árbol de las maravillas” por la multiplicidad de sus usos.

Su sacralidad se expresa en los mitos mesoamericanos de la Mayahuel como deidad protectora del metl asociada con la luna, del dios Ometochtli como protector del necuhtli u octli asociado con los Centzon Totochtin (los 400 conejos) que invadían el cuerpo de los ebrios, y en el consumo ritual exclusivo de gobernantes y sacerdotes en el México prehispánico.

Con el advenimiento de la conquista y la colonización española, así como la posterior formación de los latifundios y las haciendas pulqueras, el antiguo metl se convirtió en un monocultivo de carácter comercial y el necuhtli se transformó en una bebida embriagante destinada al consumo de las clases populares. Posteriormente, el torbellino de la Revolución mexicana terminó con la aristocracia pulquera y en algunos puntos del país los ejidatarios minifundistas recibieron apoyos gubernamentales para el fomento del cultivo de maguey y la agroindustrialización del pulque; es el caso de la Promotora del Maguey y el Nopal; del Patronato del Maguey, y del Tinacal Piloto en Calpulalpan, Tlaxcala.

El fracaso de este intento, la incesante presión de los mixioteros; el bajo valor comercial del maguey y del pulque, y el establecimiento, sobre todo, de la empresa de Cebadas y Maltas en la región, marcaron el fin de la producción de maguey y pulque. De cinco mil 215 hectáreas sembradas con maguey pulquero en 1930, hacia 1990 sólo quedaban 739 y en la actualidad apenas quedará una tercera parte de esta superficie dedicada al cultivo de maguey.

Y sin embargo se mueve… La destrucción de los agroecosistemas de milpa asociados con metepantles de maguey, en favor de la explotación de monocultivos comerciales como la cebada y el uso excesivo de agroquímicos, parecía anunciar la extinción inevitable del agave sagrado. Sin embargo, la destilación del necuhtli, la producción de pulque enlatado, de jarabe de fructuosa y la inminente producción de inulina, muestran un proceso de reindustrialización neo empresarial que favorecerá la siembra de nuevas plantaciones de maguey.

Asimismo, la celebración de cuatro Congresos Nacionales del Maguey y el Pulque (2010-2013), la publicación el 17 de diciembre de 2016 de la Ley para el Fomento y Conservación del Maguey y sus Derivados del Estado de Tlaxcala y el establecimiento de rutas turísticas en la región, ilustran la participación de otros actores sociales; académicos, legisladores, productores, turistas.

Reflexión crítica. Aunque la suma de estos factores debería alegrarnos, llama la atención que este resurgimiento del maguey este jalonado por intereses económicos neo empresariales que no benefician a las comunidades campesinas ni a los agroecosistemas per se. Sería formidable que las políticas agrícolas del gobierno estatal y federal pensaran en la recuperación del sistema de milpa y el uso de los metepantles como medidas de conservación de suelo, protección de la agrobiodiversidad, recuperación del conocimiento nativo y contribución a la autosuficiencia alimentaria campesina. Fomentar política y económicamente la reindustrialización neo empresarial del maguey sin considerar lo anterior sería un acto de egoísmo y miopía capitalista disfrazado de interés por el agave sagrado.

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