Caracas.

El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, ordenó este miércoles militarizar el estado de Táchira luego de saqueos a comercios y ataques a instalaciones policiales y militares durante protestas antigubernamentales que cobraron otra víctima con la muerte de un joven de 15 años que recibió una herida de bala el martes durante una protesta en San Cristóbal, capital de la entidad.

Al discutirse a puerta cerrada en el Consejo de Seguridad de la Organización de Naciones Unidas (ONU) la crisis en Venezuela, a petición de Estados Unidos, el gobierno venezolano rechazó la injerencia de Washington en sus asuntos.

Entre martes y miércoles decenas de comercios fueron saqueados y dos estaciones de policía y un destacamento militar fueron atacados con bombas incendiarias en Táchira, donde muchos negocios permanecen cerrados por temor a nuevos actos vandálicos.

He ordenado el traslado de 2 mil guardias y 600 elementos de operaciones especiales, anunció Vladimir Padrino López, ministro de Defensa, quien acusó a la oposición de promover acciones violentas y de tratar de entorpecer el abasto de alimentos y combustible.

No se equivoquen, ya estamos cansados de ver correr sangre en las calles producto de la irresponsabilidad de estos actores políticos que no quieren ver sino una guerra civil, dijo.

La violencia en Táchira se saldó con la muerte este miércoles de un adolescente que fue herido el martes en San Cristóbal, con lo que se ubicó en 43 la cifra de muertos y se igualó el número de fallecidos que dejaron las protestas contra Maduro entre febrero y mayo de 2014, según un recuento de Afp.

En memoria de los fallecidos, los opositores realizaban concentraciones nocturnas en Caracas. Este jueves marcharán hacia la sede del Ministerio de Interior y para el sábado programan manifestaciones en todo el país.

Médicos, enfermeras y otros especialistas marcharon en Caracas con la intención de ir hacia el Ministerio de Salud, pero debieron cambiar la ruta porque chavistas realizaban en la zona un acto en apoyo a Maduro.

Los manifestantes entregaron a un enviado del Ministerio de Salud un documento en el cual exigen solución a la crisis sanitaria y la apertura de un canal humanitario.

El Consejo de Seguridad de la ONU abordó la crisis venezolana a petición de Estados Unidos, cuya embajadora, Nikki Haley, advirtió que Venezuela está al borde de una crisis humana que podría seguir el camino de países como Siria si la inestabilidad sigue creciendo y no se respetan los derechos humanos.

Antonio Guterres, secretario general de la ONU, se declaró preocupado por el ambiente político y la violencia en Venezuela, pero también por sus graves dificultades económicas y sociales.

Rafael Ramírez, embajador venezolano ante la ONU, denunció la postura injerencista de Washington que, dijo, alienta a los grupos más violentos, y aseguró que Venezuela resolverá sus problemas internos. Lo haremos nosotros mismos.

Elbio Rosselli, embajador de Uruguay que preside el Consejo de Seguridad, explicó que Venezuela no es tema en la agenda del organismo.

La canciller Delcy Rodríguez aseguró que Estados Unidos fracasó al intentar introducir el tema de la situación en su país ante el Consejo de Seguridad.