Viernes 12 de mayo de 2017, p. 16
La Pastoral del Trabajo de la Comisión Episcopal para la Pastoral Social destacó la necesidad de tener empleos mejor remunerados y estables. Indicó que México tiene uno de los salarios más bajos de la región, además de la informalidad laboral existente en el país.
En un escrito indica que pareciera un dato alentador que el país tenga la tasa de desocupación más baja de los últimos gobiernos, de 3.4 por ciento, lo que significa que sólo 3.4 personas de cada 100 que tienen la posibilidad de trabajar no lo están haciendo, lo que sitúa a México "por debajo de países como España, Estados Unidos y Chile. Sin embargo, dicha estabilidad tienen un motivo, y se llama salario".
Señala que "sólo 3 millones de mexicanos ganan más de cinco salarios mínimos, mientras 21.7 millones perciben hasta dos, por lo que aunque somos de los primeros países en estabilidad laboral, también somos los últimos en salarios (sólo Cuba está en peores condiciones que México). "Tenemos gente con trabajo, pero con un ingreso que no es suficiente ni para lo elemental; de hecho, el salario mínimo sirve para comprar sólo 84 por ciento de la canasta básica.
"Cuando decimos que alguien tiene empleo quiere decir que cuenta con una ocupación, sin importar qué tan seguro, formal, contante o estable sea, y de la población económicamente activa (PEA), aproximadamente 60 por ciento está en un trabajo informal, el cual crece paulatinamente y el asegurado se mantiene igual los últimos cinco años".
Ante esto, destacó, pareciera que "la solución es obvia: aumentar los salarios de los trabajadores, pero existen varias discusiones de por qué esa medida es inflacionaria o imposible en nuestro contexto".
Recuerda que se ha mencionado que "una de las principales medidas para subir los salarios era aumentando la productividad, esto es, si se produce más, de forma eficiente, con menores pérdidas y mejores oportunidades de colocarse en el mercado, los sueldos podían incrementarse como consecuencia".
No obstante, dijo, "lamentablemente este argumento no ha sido suficiente. En 2010 México y Chile tenían la mejor productividad de Latinoamérica, y Chile era el cuarto país con mejores salarios. Honduras tiene mucha menos productividad que México, pero con 3.2 más ingreso por salario".
Precisó que el primero de mayo "suele ser muy útil para lanzar cifras, mensajes y posicionamiento en relación con el empleo, sin embargo, una vez que pasa la efervescencia de la conmemoración del Día Internacional del Trabajo, se quedan los números y las realidades dolorosas. Para la Iglesia, pensar en una pastoral que atienda al mundo del trabajo se convierta cada vez más en una urgencia inaplazable".