Películas abucheadas, directores que toman salas, uno declarado persona non grata
La polémica ha sido parte de la historia de este encuentro de cine y lo ha hecho leyenda
Aquí los fotógrafos no aceptan desplantes de las estrellas
; les dan la espalda
Viernes 12 de mayo de 2017, p. 7
París.
Batallas de estilo, contestación política o salidas de tono. En 70 ediciones, multitud de escándalos salpicaron la historia del Festival de Cannes y contribuyeron, también, a su leyenda:
Escándalos a la italiana
En 1960, L’Avventura, de Michelangelo Antonioni, desconcertó al público al hacer saltar por los aires las convenciones narrativas clásicas. La proyección fue un desastre. La película, abucheada; la actriz, Monica Vitte, rompió a llorar. Treinta y siete artistas, incluyendo a Roberto Rossellini, enviaron una carta de apoyo a Antonioni, que recibió el Premio del Jurado. Deslumbrante retrato de una Italia desencantada, La Dolce Vita, de Federico Fellini, llegó el mismo año a Cannes precedida de un olor a azufre. El Vaticano condenó el filme, lo llamó decadente y rebautizó como La sconcia vita (La vida repugnante). Pero apoyado por el presidente del jurado, el novelista Georges Simenon, la película se llevó la Palma de Oro.
Mayo del 1968 en Cannes
El 10 de mayo de 1968, mientras París se cubría de barricadas, las estrellas se dieron cita en el 21 Festival de Cannes. Los vientos de la protesta cruzaron rápidamente las puertas del festival. Truffaut, Godard, Lelouch propusieron interrumpirlo y ocupar el palacio. Cineastas contestatarios, colgados del telón, detuvieron una proyección; miembros del jurado dimitieron, directores retiraron sus películas de la competición. El festival de 1968 resultó una manifestación sin palmarés.
Cannes digiere mal La gran comilona
En 1973, la selección francesa conmocionó a la croisette. Cruda y provocativa, La maman et la putain (La madre y la ramera), de Jean Eustache, dividió a la crítica y a los asistentes al festival. La embestida verbal del triángulo amoroso de Jean-Pierre Léaud, Françoise Lebrun y Bernadette Laffont es calificado de obra maestra
por unos y de escándalo
por otros. Y eso no es nada comparado con La gran comilona (La grande bouffe), de Marco Ferreri. El suicidio colectivo en forma de festín gigantesco de Marcello Mastroianni, Michel Piccoli, Philippe Noiret y Ugo Tognazzi provocó silbidos, abucheos, náuseas, pero también aplausos por esta feroz crítica de la sociedad de consumo. Los dos filmes se llevaron el premio de la crítica internacional y La madre y la ramera, el Gran premio especial del jurado.
Los fotógrafos ignoran a Adjani
En 1983, Isabelle Adjani, protagonista femenina de Verano asesino (L'été meurtrier), le hizo el vacío a los periodistas al rechazar asistir a la tradicional conferencia de prensa. Privados de sus imágenes, los fotógrafos se vengaron esa misma noche.
Para protestar contra el capricho de la artista, dejaron sus objetivos por el suelo y le dieron la espalda cuando subió las escaleras del Palacio de los festivales para la proyección oficial.
El puño amenazante de Pialat
El 20 de mayo de 1987, Maurice Pialat puso fin a 21 años de penurias para los directores franceses al ganar la Palma de Oro por Bajo el sol de Satán (Sous le soleil de Satan), adaptada del libro de Georges Bernanos. Pero el premio fue mal acogido por los asistentes al festival, que propinaron silbidos. En el escenario del Palacio de los Festivales, el irascible cineasta espetó: Si no les gusto, les digo que ustedes tampoco me gustan a mí
, apuntándoles con el puño.
Lars von Trier, persona non grata
En 2011, Lars Von Trier, quien participaba con Melancolía (Melancholia), creó un escándalo al expresar en rueda de prensa su simpatía
por Hitler y declarar que Israel jode mucho
. Pese a sus disculpas, fue declarado persona non grata, una sanción sin precedente. Melancolía siguió, no obstante, en la competencia y la estadunidense Kirsten Dunst ganó el premio a la mejor actriz. El director danés, laureado en 2000 con la Palma de Oro por Bailando en la oscuridad (Dancer in the dark) no ha sido invitado desde entonces.