Monserrat Alarcón se mira al espejo y le es inevitable reparar en una herida en el parpado izquierdo, es una de las huellas tras haber conseguido el 29 de abril en Japón el título mundial mosca de la Organización Mundial de Boxeo (OMB), categoría que no corresponde en la que ella pelea, que es peso paja.

La pugilista aún siente dolor por el corte en el párpado, pero disminuye al saber que finalmente valió la pena el esfuerzo que ha realizado durante 10 años, tiempo en el que ninguna promotora creyó en ella y se negaban a firmarla de manera formal.

Abrir oportunidades

Apenas cobró 40 mil pesos por la pelea del cetro mundial, pero es la mejor bolsa que ha obtenido desde que comenzó a boxear, a los 14 años de edad.

Creo que esto me abre oportunidades para darme a conocer como deportista, porque iba contra todo en la pelea por el título: estaba en la casa de la rival, ella medía 1.64 de estatura, yo 1.49, además tuve que pelear en una categoría diferente a la que estoy acostumbrada, dice.

A pesar de haber sido campeona nacional paja, aumentarse la edad para poder competir en olimpiadas nacionales y tener un récord de nueve victorias, tres derrotas y dos empates, considera que su carrera en los encordados apenas empieza.

Las promotoras siempre me ofrecían peleas para tener la oportunidad de convencerlos y aunque ganaba no me daban contratos. Apenas este año fir-mé con una empresa, quiero defender mi cinturón para ganar reconocimiento y ya no me vean como el bulto que va por la oportunidad, asevera.

Después de tocar muchas puertas en el mundo boxístico, una promotora asiática le ofreció a Monserrat enfrentar a la japonesa Nana Yoshikawa, quien ostentaba el cetro mosca.

La mexicana soprendió al mandar a la lona en dos ocasiones a la entonces campeona y vencerla por decisión unánime. En ese momento, Alarcón Raya dejó claro que su talento en el cuadrilátero podía ir más alla de ser sólo una rival para contiendas de preparación.

Monserrat regresó a México con una cortada en un párpado y con el cinturón de monar- ca mundial. La joven peleadora afirma que el dolor físico es momentáneo, pero la gloria y satisfacción son para toda la vida. No obstante, sostiene que sus metas en el pugilismo no terminan tras haber conseguido el título.

Siempre he tenido muchas carencias, a veces no tenía ni para pagar el gimnasio o para comprar vitaminas. Ahora que gané el cetro espero conseguir mejores bolsas para tener un mejor estilo de vida, dice Monserrat, aunque deja claro que su principal interés no es el económico, sino trascender por medio de este deporte.

“Yo busco realmente hacer historia en el boxeo, que cuando vengan más generaciones me señalen como ejemplo. Espero poder llegar a ser como un Raúl Ratón Macías o una Laura Serrano”, expresa.